‘LES DEGENERES’ O DE LA REBELDÍA DEL CUERPO

Juan Eduardo Ángel
IG: @juan_angel_art
TW: @juanoanhell

‘Les Degeneres’ es un proyecto de performance y arte queer que surgió en 2019 desde la escuela de Artes Vivas de la Secretaría de Cultura de Pereira. Una búsqueda de transformación constante, de romper con lo cotidiano.  

Incomodan a su paso, pero también refrescan las miradas de los transeúntes desprevenidos que terminan por celebrar la posibilidad de lo nuevo, de lo diferente, de lo inclasificable.

No hay mayor rebeldía que la del cuerpo y no hay forma más efectiva de hacer prisionero a alguien que a través del mismo. Es allí donde entran Les Degeneres como colectiva, rasgando una realidad impuesta. Ante todo, transgrediendo las estructuras patriarcales de una sociedad que no entiende la experiencia que surge de la relación entre el mundo y el cuerpo; y que de esta relación surge una comunión que se da más allá de las normas, una comunión que transforma ese mundo heredado.

El cuerpo es imposición.  Hablo de la materia, de estar desde lo físico; nadie eligió su forma o contexto en este mundo. No hay elección, recibimos un mundo, somos arrojados a unas normas y condiciones ya establecidas, heredamos una cultura y con ella unas costumbres que determinan nuestro comportamiento.

Altocalcifílico
Perla DeGoya
Satánica

Actos y personajes del performance ‘Holísticamente Degeneradas’ de Les Degeneres, en El Tortazo de la UTP.
Fotografías por Andrés Marín

El albedrío es tan solo un camino determinado por siglos de tradición. Cuando despertamos para sentir nuestro cuerpo o para entender a través de los sentidos lo que somos, ya tenemos un cuerpo moldeado por otros.

Les Degeneres nacen en Pereira, una ciudad que históricamente se ha arriesgado con empresas y propuestas que muchos consideraron extrañas en su tiempo. Tener la primera planta de telecomunicaciones del país o instalar un Bolívar desnudo en el centro de la ciudad, son algunos de esos ejemplos.  O yendo más allá, cabe la pena mencionar a ese grupo de jóvenes que en las décadas de los sesenta y setenta puso muy incómoda a la comunidad conservadora del país con su performance satánico liderado por el poeta pereirano Héctor Escobar Gutiérrez, considerado el Papa Negro.  

El cuerpo es imposición. El albedrío es tan solo un camino determinado por siglos de tradición. No hay elección, recibimos un mundo, somos arrojados a unas normas y condiciones ya establecidas.

Por eso no es raro que muchos años después haya surgido este proyecto de las artes vivas en nuestra ciudad; un lugar que ha sabido determinar y mantener una ruta que le permite a muchos de sus habitantes hacer resistencia, crear y construirse a la par de miradas e ideas arriesgadas, como las de esta colectiva subversiva y rebelde.

Les Degeneres es una propuesta que surgió como resultado de una convocatoria hecha en 2019 desde la escuela de Artes Vivas de la Secretaría de Cultura de Pereira. El artista Camilo Altocacifilico realizó un laboratorio de creación en performance llamado Degenerando El Género, dirigido a cualquier persona que quisiera explorar y crear desde su cuerpo una versión o alteridad de su propia existencia, de su presencia en el mundo.

La propuesta debía terminar una vez el laboratorio cumpliera con su objetivo, pero la necesidad de crear y la fuerza del grupo que se conformó hizo que apenas fuera el comienzo. Entendieron que debían seguir, y así surge Les Degeneres. 

Y con el paso del tiempo han ido ganando presencia en el movimiento artístico de la ciudad desde su puesta en escena a través del performance, donde transgreden incluso las convenciones del mundo drag queen. Por lo regular, allí no es común ver que una mujer sea quien se vista de su opuesto, pero Les Degeneres al buscar ir más allá del género permiten que la “trepada” – denominación que se utiliza para la transformación o surgimiento de la alteridad y que en un principio hace alusión al hecho de ponerse los tacones – sea un acto para potenciar lo estético, sin importar identidad o género alguno.

Atrabilis
Rituala
Extravaganza

Actos y personajes del performance ‘Holísticamente Degeneradas’ de Les Degeneres, en El Tortazo de la UTP.
Fotografías por Andrés Marín

Una de las características de este colectivo es la posibilidad de transformación constante, de romper con lo cotidiano. En los diferentes espacios donde se han presentado (Casa de la cultura de Marsella, El Galpón y El Tortazo en la UTP, Sala Estrecha) su propuesta ha incomodado, pero también ha refrescado las miradas de los transeúntes desprevenidos que terminan por celebrar la posibilidad de lo nuevo, de lo diferente, de lo inclasificable.

En sus integrantes se reconoce la apropiación de un discurso construido colectivamente con igual nivel de jerarquía, y que está calando en la mirada de cada uno de nosotros desde la propuesta estética; cuestionando la percepción que tenemos sobre lo bello, lo femenino y lo masculino.

Les Degeneres expresan desde el mundo que les atraviesa, pero transforman y devuelven ese mundo en cada una de sus obras. De manera empalagosa, estrafalaria, transgresora y subversiva. Tal parece que en esta colectiva entendieron que ese mundo heredado, dado e impuesto también es determinado por nuestra presencia en el mismo, donde hay una relación de creador-creado. 

El aporte de Les Degeneres al mundo se dará a través de la liberación del cuerpo, de darle a ese cuerpo la rebeldía para elegir su propio camino, para que pueda ser rescatado de la predeterminación cultural binaria, misógina y machista.

Quien está atado a este mundo nunca podrá mostrarse verdaderamente libre.

Quien alguna vez fue nombrado, es preso de la palabra que le dio forma.

¿Cuál libertad si nunca fuimos libres de modelarnos?

¿Cuál libertad si somos presos del reflejo?

La lucha por la autonomía del cuerpo (siendo el arte históricamente un medio para sugerir, transgredir y mover fichas bajo la mesa) es una de las luchas más arduas de nuestra época contemporánea, la cual se da en diferentes escenarios y de múltiples maneras por muchos artistas. 

El escritor y artista plástico Pedro Lemebel en Chile, y el performer y activista LGBTQ+ José Pérez Ocaña en España, han sido representativos en las luchas y resistencias asumidas desde el cuerpo en su búsqueda de otra versión, de una subversión.

Lucha que no es nueva, pues se ha dado desde otras latitudes por el escritor y artista plástico Pedro Lemebel (en Chile) y por el performer y activista LGBTQ+ José Pérez Ocaña (en España), quienes durante las dictaduras en sus respectivos países hicieron resistencia para permitirle al cuerpo ser y transformarse una y otra vez. Y desde la libertad exigida, el arte se manifestó desde ese cuerpo y fue rebeldía; en búsqueda de otra versión, de una subversión.

Estos dos artistas sirven como puente al momento de comprender las luchas que también desde el arte dan Les Degeneres. Y si bien, nadie puede vivir en carne propia el dolor y la lucha que llevan a cabo los otros cuerpos, me atrevería a decir que ese dolor y esa lucha que asumieron en su momento Lemebel y Pérez Ocaña abonaron un camino que ahora recorren Les Degeneres.  

Siendo otra época, y sin decir que la lucha es menos dura para las nuevas generaciones, estos debates sobre la libertad del cuerpo se dan cuando se otorga el honor y el lugar a las acciones arriesgadas y al sacrificio del cuerpo de los artistas mencionados y de otros tantos más. Son destacables estos dos casos ya que ellos, desde lo voluntario en el caso de Lemebel, y desde lo accidental en el caso de Pérez Ocaña, sufrieron físicamente y dejaron en sus cuerpos la marca y la huella de sus propias luchas y transformaciones.  

A través de las declaraciones de Les Degeneres en diferentes medios, uno comprende que la discusión con respecto al cuerpo ha trascendido el hecho de cómo nos asumimos o con cuál de los dos géneros nos identificamos. Es también una búsqueda de identidades más plásticas, sin necesidad de que haya un cuestionamiento del género o de lo sexual, permitiéndole al cuerpo hacer una exploración que transgrede los límites impuestos desde lo cultural y lo social

Tóxica enamorada
Santa fuego
Un chorrito
CharcoAlt

Actos y personajes del performance ‘Holísticamente Degeneradas’ de Les Degeneres, en El Tortazo de la UTP.
Fotografías por Andrés Marín

Estas propuestas responden a fenómenos históricos, aparecen en épocas donde las luchas por abolir la represión se han dado a través de diferentes frentes. La abolición de la esclavitud, la igualdad en los derechos de las mujeres, la liberación sexual en los años sesenta han tenido como referente el cuerpo.

Son además luchas que se han dado con un objetivo claro: la libertad de hacer y expresar desde el mismo cuerpo cómo se nos ocurra o sintamos, combatiendo de frente las predeterminaciones impuestas desde una moral manipulada.

 Estas luchas se dan para mover las fibras del establecimiento y del sistema; son luchas que cuestionan y transforman desde el arte.

EL HIMEN Y LA COPA MENSTRUAL

Ana Milena Duque //La Indecente
@la copita menstrual

No más dudas. ¿Cuándo y por qué usarla? Ante todo, tu comodidad, salud sexual y bienestar.

Mucho se habla de esta solución alternativa para suprimir los desechables, pero siempre surge la duda si es posible usar la copa menstrual, antes de tener la primera relación sexual. Y la respuesta es sí.

Incluso, después de haber tenido tu primera menstruación puedes utilizarla sin ningún problema, especialmente aquellas que están diseñadas para mujeres jóvenes, vienen en tamaño mini, son super cómodas e igual de eficientes.

Ya hemos hablado en esta columna lo que significa perder la virginidad o lo que esta palabra sugiere. Hemos hecho referencia al contexto de penetración durante el coito sin importar el sexo de tu pareja.

Artículo de interés: El ridículo culto a la virginidad

Ahora sí entremos en materia. Delimitado el tema sexual, entre tantos misterios que esconde el cuerpo femenino, el himen sigue siendo a nivel social un sello de pureza en la mujer. 

Pero contrario a lo que se cree el himen es un tejido elástico irregular que nunca cubre la totalidad de la entrada vaginal porque debe permitir la salida de la sangre menstrual. De hecho, el himen se puede estirar con penetración vaginal, masturbación y autoexploración.

Pero, ¡jamás lo pierdes!

Él será parte de tu cuerpo toda la vida, e incluso puede que se repliegue y se suavice haciéndose menos visible, pero siempre estará ahí.

EL himen es un tejido clástico irregular que nunca cubre la totalidad de la entrada vaginal. Se puede estirar con penetración vagina, menstruación y autoexploración; puede replegarse y suavizarse, pero siempre estará ahí.

Lo importante es que podemos concluir que llegó la hora de conocer nuestros cuerpos. Crecimos con tanta desinformación y mentiras durante siglos que no podemos seguir perpetuando lo mismo a las generaciones venideras.

 Hay diferentes tipos de himen que están documentados, y en todos los casos – aún en los que deben ser tratados quirúrgicamente por defecto de nacimiento –   no deja de ser una membrana flexible. 

Así que si deseas utilizar una copa menstrual ¡solo tienes que ponerte en ello! Es cuestión de paciencia y planificación. ¡Muchos éxitos!

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LA PARADOJA DE ‘LA ISLA DE LAS FLORES’

Autor: Martha Estefany Escobar // IG @estefaniando_ando

En 1989 el brasilero Jorge Furtado dirigió el corto documental ‘La isla de las flores’. Un retrato de la vulnerabilidad humana a través del recorrido de un tomate. Después de 30 años de su realización aún vale la pena volver a verlo.  

Ficha Técnica:

Título original: Ilha das Flores (La isla de las flores).

Año: 1989 // 13 min. Brasil

Dirección: Jorge Furtado

Guion: Jorge Furtado

Música: Geraldo Flach

Fotografía: Sergio Amon, Roberto Henkin

Dirección de Arte: Fiapo Barth

Dirección de Producción: Nora Goulart

Montaje: Giba Assis Brasil

Asistente de Dirección: Ana Luiza Azevedo

Productores: Monica Schmiedt, Casa de Cinema de Porto Alegre, Giba Assis Brasil e Nora Goulart

Premios: 1989: Festival de Berlín: Oso de Plata (mejor cortometraje)

Género: Documental | Sátira. Pobreza. Drama social. Cortometraje

Sinopsis: Documental que muestra de forma satírica la cruda realidad de la sociedad brasileña de la época, la falta de conciencia, la miseria que lleva a la degradación del ser humano. Considerado uno de los cortometrajes documentales más importantes de la historia de su país, ganador en Berlín y en otros festivales.

«Del hambriento es el pan que tú retienes, del desnudo es el manto que tú arcas»

San Basilio

Un documental altamente impactante y de poca duración. No se necesita más. Y aunque parezca repetitivo desde su inicio, en cuanto al manejo de los planos y al guion, deja un mensaje muy importante; profundo y consecuente aún a los tiempos actuales – a más de 30 años de su realización.

Su autor, Jorge Furtado (1959, Brasil, Porto Alegre), muestra de manera alegórica la pobreza económica que afecta a ciertos grupos sociales de su país. Y además usa de título, con más ironía que descripción, un bello nombre que corresponde a un lugar poblado por personas con muy baja calidad de vida, y que funciona como vertedero.

¨Hay pocas flores en La isla de las flores¨.

Fotograma del corto documental “La isla de las flores”. Una reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y nuestras políticas de progreso.

Este tomate pasa por las manos de seres inteligentes, de pulgar oponible y encéfalo desarrollado, que intercambian dinero por bienes y servicios. Uno de ellos en un momento determinado tira el tomate a la basura, en cuanto se percata de su mal estado, olía feo. Pero eso no es el fin para el pintoresco fruto, porque poco después – como parte de esa cadena – pasa a alimentar a los cerdos que habitan en La isla de las flores. Y aún queda más: sigue siendo aprovechado por otros sujetos de esta figurativa cadena cuando ya no hay nada más que rescatar.

 ¨Lo que coloca a seres humanos después de los cerdos en la prioridad de elección de alimentos es el hecho de no tener dinero ni dueño¨.

Este sistema de intercambio demuestra que todo va a parar al mismo lugar, como en la película El hoyo de Gadel Gaztelu-Urrutia (2019). Lo atractivo de este corto documental es la manera como muestra a las personas: seres humanos con características morfológicas iguales, todos siendo relativamente funcionales dentro de un sistema.

Jorge Furtado es reconocido internacionalmente por la realización de este documental. Su trayectoria abarca la medicina, el periodismo y las artes, convirtiéndose finalmente en un reconocido libretista y director de televisión en su país.   

Uno de los mayores logros de su corto documental es mezclar el dramatizado con el sin sentido, para ilustrar eso que muchos llamamos la absurda realidad. De ahí que lo sistemático y repetitivo sea un efecto buscado, dándole claridad y fuerza al concepto crítico frente a la economía y sus aberraciones políticas.         

Lo puedes ver en YouTube: La isla de las flores (Jorge Furtado)

RITUALES

Autor: PlanC

Como parte de nuestro espacio #PereiraTambiénCrea, nuevamente los invitamos a conocer y disfrutar de algunas de las obras representativas de las letras pereiranas. En esta ocasión, un poemario publicado en 1992, y único hasta la fecha, por el reconocido cronista y periodista Gustavo Colorado Grisales

“Definir la poesía es tan imposible como pretender descubrir el ojo de Dios en la atmósfera de nuestro violento paisaje. Una y otro no dejan de ser creaciones, necesidades humanas: la una, para purificar un tanto el castigo de habitar el mundo a través de la palabra. Lo otro, la urgencia de rendirle cuentas a un ser que preferimos superior, como lo expresara Lewis Carrol, “somos niños mayores, también tenemos miedo a que llegue la noche”.  El poeta, lo sabe incluso el mismo poeta, es un niño mayor que a menudo hace las veces de Dios, intentando no sólo inmiscuirse en el pellejo sensible de los demás sino también de hacerle ver que sólo a él le ha sido dado sentir y presenciar. Porque el poeta sabe que cada palabra suya se traduce en un peligroso movimiento dentro de la partida de ajedrez que enfrenta con su contrincante, Dios.  Ambos, una sola materia, dos ojos, un tablero que combina palabras; al final, un solitario ganador: el poema. Para demostrar lo dicho, se levanta la poesía de Gustavo Colorado, un hombre que, como todo buen poeta teme a las palabras, a su peso; de ahí que su poesía sea liviana, carente de retórica, y pueda volar como el ángel que una vez sembró tres gotitas de sangre en la ventana – en la ventana de su cuarto que mira al mundo – ; porque algo característico en la voz poética de Gustavo Colorado  es la entronización del adentro.

El afuera parece decirle tan poco; el adentro lo utilizan sus voces, para no hablar de sus personajes porque bien podría ser uno solo, para anunciar sus soledades. Su poesía desnuda, no alegra, su poesía lacera, no entretiene. A veces parece una voz, un personaje cansado de la búsqueda infructuosa de ese otro pájaro herido que es la felicidad; porque el poeta sabe de lo efímero, de esos pequeños estados de felicidad que fenecen con el coito o al despuntar el alba. Nadie más triste y solitario que el hombre después del coito. Pero es que en este poeta que se firma, tal vez temiendo el olvido, la tristeza y la soledad devienen antes y después del coito.

Al mundo, a esta masa en la que dos cuerpos imposibles se repelen al levantar la sábana, parece mirarlo y entenderlo como un RITUAL, y como en toda ceremonia, los elementos predispuestos, acomodados, estáticos, no podían faltar.  

Con Gustavo Colorado podemos dialogar, como quien lo hace consigo mismo, pues, ¿Quién no ha sido fustigado por el inevitable ronroneo del reloj de arena, por “el tiempo que gotea y gotea”, por el espasmo que produce enfrentar el desamor; quién no se ha cubierto el rostro con la sangre de su ángel herido; quién, en últimas, no ha temido a la muerte y por eso escribe aunque sea cartas a su abuela? Quien se crea libre de tales culpas, que tire la primera letra. Al final, lo mejor es cambiar algo en nuestras vidas, creer que Dios sí juega a los dados o viajar con el poeta hacia «un lugar sin memoria/ donde ya nada duele. Rigoberto Gil Montoya, del prólogo.

Rituales
Gustavo Colorado Grisales
Poesía
1992
Medellín
Editorial Lealon
Páginas: 74

Rituales

En el viejo desván, el hombre
sobre el mantel el matraz,

la sangre, la piel,
los huesos,

el mortero,
la palabra clave.

El propósito:
hacerse mineral
liviano, liso:

no portador de cicatrices.


Ritual parte 2

Vadear otras aguas,
Otros tiempos,

habitar otros cuerpos

y caminar sobre la cuerda
floja de sí mismo
como mandan los cánones
de la buena acrobacia:

con los ojos cerrados
para ver mejor.


Ritual parte IV

La luz enmudece en el cristal
y el día es otra vez la llaga

donde unos ojos
dolorosamente abiertos

no saben más del olvido
que otorgan

los efímeros incendios
de la carne.


Del amor

Días
meses
años enteros

consagrados a la vana y fatigosa tarea

de interrogar oráculos
indagar en Teologías
escudriñar las líneas
de la palma de la mano

y rebajarse incluso a la impudicia de escarbar entre las cenizas del tabaco

Para venir a descubrir
-a esta hora de la tarde
en que emerges desnuda
de entre las sábanas-

que el acto de dejar caer lentamente
las ropas sobre el piso
y asomarse juntos a las diáfanas
y riesgosas aguas de la mutua desnudez
acaso sea el único
en que nos es dado a los hombres

acercarnos a eso que llaman
la comunión de las almas.


Nota para dos que llegaron tarde

¿En qué muro fue escrita?

¿en qué lengua fue dicha?

¿en qué rincón del mundo
estábamos tú y yo
cuando fue pronunciada la palabra?


Del amor

Y volver de (a)

tu cuerpo

    gozoso
    puro
    herido
    solo:
    como un ángel que cae.


Del desamor

Lo que hoy me queda de ti,
amor

es tan sólo la rutinaria ceremonia
de levantarme,
todavía con el aroma
de los últimos sueños

y dejar un montón
de palabras gastadas

abandonadas a la buena voluntad
de los hombres del correo.


Del verbo, del amor

Tener la palabra “en la punta de la lengua”
 y no saber
 y no poder decirla

Siempre al borde pero nunca al otro lado
del milagro de hallar
entre esa sarta de metáforas y sílabas
el espejo que te revele algo
acerca de ti mismo:
el más viejo arcano
la razón última

de esa oscura piedra que centellea en tus huesos
que teje
que desteje

la madeja de Ariadna desde donde descubres
que el silencio acaso no consiste en callarse
sino en decir solamente lo esencial:

el renovado deseo
de inventar una lengua
que sólo sirva
para decir te amo.


Consejo para uno que empieza a soñar

Deja que el tiempo realice
-pacientemente y concienzudamente-
su parte del trabajo,

que tu amnesia y la muerte
ya se encargarán del resto.


En un lugar común: el tiempo

El tiempo que me roe:

que se mide a sí mismo
en mis secretas nostalgias;

el tiempo que gotea y gotea
en mi interior

adormecido por sueños

que nunca crecieron
o agitado por aquellos
que aún sobreviven
a pesar de nosotros

me conduce, silencioso y distante

hacia un lugar sin memoria
donde ya nada duele.


Me caeré a pedazos:

hoja a hoja

como los árboles
fieles a la tierra.

y mañana
desnudo y mustio,

seré el puntal
de aquellos

que quieran apostar
a ser Ícaro.


Me deslizo, me sumerjo,
y no logro hallar otra cosa
que el pececillo
frío del tedio

en los rincones donde
se supone,
debería encontrar
tesoros escondidos;

el pozo sin fondo,
las algas del insomnio,

el canto de sirena
que alguna vez
confundí con el futuro.


El autor

Gustavo Colorado Grisales (1960) Pereirano por adopción y desde muy joven ha vivido la ciudad con la intensidad que transmiten sus crónicas. Escritor, columnista y docente universitario con una amplia aparición en medios escritos y radiales del país. Director del Área Cultural de Comfamiliar Risaralda. Premio Nacional de Periodismo Semana ‘El país contado desde las regiones’ (2011). Premio Regional de Periodismo Hernán Castaño Hincapié (1999 y 2005). Ha publicado los siguientes libros: El último verano de Tony Manero (1992), Rituales (1992) , Un Altar para la desmemoria (1942) , Rosas para rubias de Neón (1997) , No disparen, soy solo el cronista (1999), Besos como Balas (2004), Yo me bajo en Atocha- crónicas de la migración (2008), Crónicas del Diablo (2013), Esta tierra es mi tierra (2015). El primero de cuentos, el segundo de poesía y el resto de crónicas.  Pueden leerlo en miblog-acido.blogspot.com/

ETIOPÍA: LOS PRIMEROS SORBOS DEL CAFÉ

Autor: Andrea Murillo Bernal //
IG: @andre_ladelcafe | TW: @andre_ladelcafe

El origen del café se ubica en África, cuna de la humanidad, precisamente en Etiopía. Se cree que por el siglo XV fue introducido a otras regiones, e inicia su travesía por el mundo.

Son muchas las ceremonias y ritos ancestrales que rodean esta bebida y su consumo, una de ellas, La ceremonia del Bunna, donde las mujeres tienen un alto protagonismo y son las encargadas de su preparación. Tomar café en África, es la historia de esta primera entrega del podcast Travesías en café.

PRESENTACIÓN, TEXTOS Y PRODUCCIÓN: ANDREA MURILLO BERNAL

Etiopía, los primeros sorbos de café

OTROS INFIERNOS

Autor: Gustavo Colorado Grisales 

Gustavo Colorado Grisales nos invita en esta ocasión a conocer la novela  ‘El cuento de la criada’ de la escritora canadiense Margaret Atwood. Una parábola sobre el tránsito de hombres y mujeres por los círculos del infierno en busca de la redención.

 Tal como lo conocemos, el mundo es en sí mismo una distopía: una sumatoria de lo no deseable.

Por eso, las distopías literarias lo son por partida doble: obras como 1984 o  Fahrenheit  451 proponen universos cuyas dimensiones cobran siempre la forma de una pesadilla donde los hombres devienen forjadores de infiernos.

El cuento de la criada, la novela de la canadiense Margaret Atwood, pertenece a esa categoría.

Los Estados Unidos de América y las instituciones que le dieron sentido se han disuelto en medio de una de esas sacudidas de la historia que no dejan, como suele decirse,  «piedra sobre piedra».

En su lugar ha surgido Gilead, una teocracia en la que cada uno de los actos humanos es controlado con monomaníaca puntillosidad.

Margaret Atwood, además de novelista es una prolífica poetisa, crítica literaria, profesora y activista política canadiense

Corre el mes de junio de 2195. En la universidad de Denay, Nunavit, se adelanta el Duodécimo Simposio de Estudios Gileadianos. En una de las sesiones, el  profesor James Darcy Piexioto deja caer sobre el auditorio un dato inquietante: la autenticidad de un manuscrito conocido  bajo el título de El cuento de la criada, un brutal testimonio sobre  las condiciones  de vida de las mujeres en Gilead.

En realidad no se trata de un manuscrito. En un cajón abandonado por el ejército fueron encontrados treinta casetes en los que,  disimuladas entre canciones de Elvis Presley, Boy George y Twisted Sister  fluyen las palabras de una mujer que da cuenta de su confinamiento en un lugar que funciona a partes iguales como cárcel y como centro de lavado de cerebro, o de reeducación, como les gusta decir a los campeones de la corrección política.

De modo que estamos ante una difícil transcripción, con todos los riesgos que eso implica.

Si se quiere,  El  cuento de la criada es un palimpsesto, en el que los lectores deben arreglárselas para discernir el testimonio que palpita entre la música, las letras de las canciones y el relato propiamente dicho.

Para empezar, lo narrado por la autora puede haber sucedido en los años cincuenta del siglo veinte, durante el inicio del reinado de Elvis Presley, o en los sofisticados ochentas, cuando la ambigüedad sexual de Boy George y los Twisted Sister hacían de las suyas en los videos de MTV.

El relato, entonces, transcurre en un territorio de sombras: nada hay claro en  el infierno.

La narradora misma vive en una frontera donde la  humillación es parte de una doctrina que apunta todo el tiempo a la degradación del ser.

En Gilead, las mujeres son apenas vientres para la reproducción. El resto es miedo, sangre, penumbras, como nos lo hace saber la narradora en la página 359 del libro:

“Lamento que en esta  historia haya tanto dolor. Y lamento que sea en fragmentos, como alguien sorprendido entre dos fuegos o descuartizado por fuerza. Pero no puedo hacer nada para cambiarlo.

 También he  intentado mostrar algunas de las cosa buenas, por ejemplo las flores, porque ¿a dónde habríamos llegado sin ellas?”

Portada de la novela ‘El cuento de la criada’ de la escritora canadiense Margaret Atwood, publicada en 1985

La realidad es una sociedad donde la infamia es reproducida y prolongada a través de  estructura de castas cuyo único propósito es  atizar el descenso a través de las distintas escalas de  la degradación: Ojos que vigilan, tías que controlan, criadas que deben prestar sus vientres para  garantizar la reproducción, comandantes esclavizadores y esclavos a la vez, como ha sucedido siempre a lo largo de la historia.

La narradora lo evoca de esta manera:

“ O recordarías historias que habías leído en los periódicos sobre mujeres que habían aparecido- a menudo eran mujeres, pero a veces también hombres, o niños ,lo cual es terrible- en zanjas, o en bosques, o en neveras de habitaciones alquiladas o abandonadas, con la ropa puesta o no, vejadas sexualmente o no; asesinadas, en cualquier caso. Había lugares por los que no querías caminar, precauciones que tomabas y que guardaban relación con las cerraduras de ventanas y puertas, con el hecho de echar las cortinas y dejar las luces encendidas. Cada uno de estos actos era una especie de plegaria;  esperabas que te salvara. Y en gran medida lo hacían. O si no eran ellos debía de ser otra cosa; podrías asegurarlo por el hecho de que aún  estabas viva.”

Estar vivo, sentir que la sangre palpita en las sienes constituye en todos los casos el único  anhelo de los hombres y mujeres que surcan las cuatrocientas doce páginas de esta novela. De este descenso a los infiernos que, en últimas, alimenta el decurso de toda distopía.

Aunque a veces, en las frecuentes noches de desvelo, los deseos van un poco más allá:

“Aparto la sábana y me levanto con cautela; voy hasta la ventana, descalza para no hacer ruido, igual que un niño; quiero mirar. El cielo está claro, aunque la luz de los reflectores no permite verlo bien; pero en él flota la luna, una luna anhelante, el fragmento de una antigua roca, una diosa, un destello. La luna es una piedra y el cielo está lleno de armas mortales, pero qué hermoso es de todas formas, por Dios.

 Me muero por tener a Luke a mi lado. Deseo que alguien me abrace y pronuncie mi nombre. Quiero que me valoren como nadie lo hace, quiero ser algo más que valiosa. Repito mi antiguo nombre, me recuerdo a mí misma  lo que hacía antes, y cómo me veían los demás.

 Quiero robar algo.”

Recuperar el antiguo nombre. La identidad como mujer y como perteneciente a la dimensión de lo humano: he ahí el sentido de El cuento de la criada. Una parábola sobre el tránsito de hombres y mujeres por los círculos del infierno en busca de la redención.

Tomado de: miblog-acido.blogspot.com

’LA SINFÓNICA DE LOS ANDES’, LA BANDA SONORA DE COLOMBIA

Autor: John Harold Giraldo Herrera //
John.giraldo.herrera@gmail.com 

La película presenta un título poético, que se diluye luego de verla. Lo que más prima es el vil asesinato de líderes y la manera cómo la población mantiene confinada y  perseguida por los causantes de la infamia en la nación. Y uno se pregunta: ¿dónde está la sinfonía? 

Ficha Técnica:

Título original: La Sinfónica de Los Andes

Año: 2019 // 115 min.  Colombia.

Dirección: Marta Rodríguez

Guion: Marta Rodríguez, Lucas Silva

Elenco: Comunidad indígena Nasa del departamento del Cauca

Fotografía: Fernando Restrepo Castañeda, Emmanuel Rojas, Felipe Colmenares Sánchez, David Villegas

Música: Orquesta de instrumentos andinos de Huellas, Caloto – Banda de flautas, chica y guarapo – Fanor Secue. 

Montaje: Fernando Restrepo Castañeda

Sonido: Alejandro Quintero

Producción: Diana Reyes Barrena/Ricardo Figueredo Oliva

Producción Ejecutiva: Fundación Cine Documental, Visual Arts Factory, Hollywoodoo Films, Lucas Silva, Felipe Colmenares 

Género: Documental sobre la violencia

Sinopsis

El Norte del Cauca es la región de Colombia más afectada por el conflicto armado interno desde el año 1940, y donde se resguarda la mayoría de culturas indígenas del país. Allí surge una orquesta de música ancestral compuesta por jóvenes indígenas de la etnia Nasa quienes, con sus instrumentos, su voz y su poesía hacen memoria a Maryi Vanessa Coicue, Sebastian Ul e Ingrid Guejia, tres de los cientos de niños indígenas que han muerto a causa de la guerra entre guerrillas de izquierda, grupos armados de extrema derecha, narcotraficantes y el Estado Colombiano.

El canto y la música son la banda sonora de la existencia. En Colombia el traqueteo de metralletas y el silenciamiento de vidas, se han convertido en el pan de cada día. No ha cesado ni la horrible noche -trasladada a cualquier hora-, como tampoco los ríos de sangre. 

Marta Rodríguez es la cineasta de las tragedias, y también de las resistencias y las esperanzas. Su ojo se ha posado en la Colombia escondida, aquella silente en los grandes medios, que sólo, a veces dejan ver irrisorios fragmentos de ese país que la mayoría desconocemos. Marta ha convivido con los protagonistas de esas historias, y su trabajo, en conjunto, desde que empezó con Chircales (1972) – contándonos el modo de explotación de unos albañiles –  hasta su más reciente documental,  La Sinfonía de Los Andes (2019), nos ha desplegado a una fuerte conexión de memorias y de presencias frente a tanto despojo.

Tomada de El País de España | La directora colombiana Marta Rodríguez, pionera del Nuevo Cine Latinoamericano, durante el rodaje de Chircales (1966-1971).

La Sinfónica de Los Andes presenta un título poético, que se diluye luego de verla. Lo que más prima, allá con los Nasa; en el Cauca, y con sus distintas comunidades, es el vil asesinato de líderes y la manera cómo la población mantiene confinada, asediada, perseguida, marcada y cercada por los causantes de la infamia en la nación: quienes nos han gobernado y se han adueñado de las tierras de la población. 

Marta no escatima con su lenguaje; es directo, de imágenes explícitas hasta el punto que uno se pregunta: ¿dónde está la sinfonía? No hay lugar para la ensoñación; es descarnado, como lo es la realidad, al ponernos frente a la butaca y desesperarnos. Uno a uno caen, la muerte ronda, la tortura y el miedo asedian, son habitantes permanentes en un país donde unos y otros se han disputado el poder y  ha valido más la propiedad privada y los intereses económicos que la propia vida, o cualquier manifestación de ella. 

Emplear la desaparición o el aniquilamiento del otro ha sido la forma de conquistar los privilegios de los terratenientes.

Cartel oficial de la película

Los asesinos nunca han tenido ni piedad ni consideración. En 2011 Alfredo Molano quiso mostrarnos cuántos kilómetros de muertos ha puesto el país, postuló la cifra de ciento setenta y tres (1). El número pudo haberse triplicado, porque apenas aludía a cuatro años de asesinatos y masacres; una bomba de tiempo contra la fuerza de la sociedad, que de seguro no se dejará arrinconar y seguirá buscando, así sea por resquicios, una forma de vida digna. 

Ver el documental produce asco, histeria y una larga serie de emociones ante las cuales nos hemos postrado; como si el dolor no hubiera hecho ya metástasis y fuese necesario seguir aguantando. Lo que me parece curioso, y en un alto grado de valor, es la capacidad de las comunidades por sobreponerse. El miedo no está sembrado, permanece en la superficie; lo respiran, pero no es el veneno. Con sus ganas de vivir muchos se salvan, y por su intención de mantenerse unidos es que ha sido imposible acabarlos.https://www.youtube.com/embed/tiE5eU8-zXU?feature=oembed&start&end&wmode=opaque&loop=0&controls=1&mute=0&rel=0&modestbranding=0

Marta habla con las víctimas, como si ella fuese una más. La valentía de estar entre fuego cruzado, arriesgarse a narrar historias de familias indígenas y permanecer en medio de la angustia es un triunfo y un modo de vida que no se limita al ejercicio audiovisual. Es la dedicación de toda una vida a contar la barbarie. 

El objetivo no es otro que avivarnos, porque de ahí viene un título que nos confunde; el sonido no es de esperanza ni proviene de un grupo de niños con su maestro que combaten la infamia con arte. ¡No! La Sinfónica de Los Andes es el ardor, la crueldad, el tejido maltratado y calcinado; el de los rugidos del silenciamiento, de un odio que nos lacera. Y como Marta ha construido relaciones duraderas con quienes se ponen en escenificación; sus trabajos perduran, poseen la intimidad que otros ni siquiera pueden cultivar. 

Tomada de: The Bogotá Post | ‘La Sinfónica de Los Andes’, una película que retrata los horrores de una guerra con 60 años de historia y tragedias.

La Sinfónica de Los Andes es la banda sonora de Colombia. Acá no hay lugar para esconder la indignación y lo apabullante de los perpetradores de la violencia, de los incubadores de la miseria, de los desterradores, de aquellos oligarcas que han curtido con colores rojos y nostalgia las banderas insignes de la vida. 

En cambio, quienes florecen así los corten, quienes mantienen incólumes así los tumben, quienes dan saltos para abrigarse del frío y la desesperación, quienes con su luz son la motivación y la fuerza, quienes tejen día a día el país con su colorido y fortaleza, esos a quienes han masacrado y se sobreponen; los niños, las familias manchadas con la violencia, los jóvenes con sus miradas altivas, las poblaciones en resistencia por la vida y la memoria, y las creadoras como Marta; esos, merecen todos los elogios y acompañamientos. Son el canto que se opone a la muerte.

Referencias:

1: Leer el texto de Alfredo Molano: 

https://www.elespectador.com/opinion/ciento-setenta-y-tres-kilometros-de-cadaveres-columna-250528/

* Docente Universidad Tecnológica de Pereira

EL PODER DE LA VAGINA

Ana Milena Duque //La Indecente
@la copita menstrual

Un pene contiene 4 mil terminaciones nerviosas, pero en materia de placer sexual la vagina lo supera con 8 mil. Puede expandirse hasta un 200% durante la excitación, aunque su tamaño promedio está entre 7 y 10 centímetros de profundidad.

Consejos de La Indecente para conocerla, cuidarla y disfrutarla  más. 

Su mecanismo de auto limpieza es increíble, aunque no lo creas la vagina se mantiene naturalmente limpia gracias a que produce sustancias protectoras para mantenerse a salvo de bacterias. Es más, sus paredes interiores están conformadas por pliegues que se abren como un paraguas durante la relación sexual; y de esta manera no se hace necesario usar duchas vaginales porque éstas pueden desequilibrar su pH e irritarla más. 

Un pene contiene 4 mil terminaciones nerviosas, pero en materia de placer la vagina lo supera con 8 mil. Puede expandirse hasta un 200% durante la excitación, aunque su tamaño promedio está entre 7 y 10 centímetros de profundidad. Para aquellos que piensan que con el tiempo se hace más grande con el sexo, están equivocados.

Es importante supervisar que el flujo vaginal sea claro y sin olor. Ya que lejos de ser sucio, es la sustancia que protege a las mujeres de infecciones; además de lubricar y limpiar naturalmente a la vagina.

Comúnmente se asocia la virginidad con la presencia del himen, pero la verdad es que esta membrana puede desintegrarse con el ejercicio físico o con prácticas como montar a caballo y usar tampones.

Artículo de interés: El ridículo culto a la virginidad

Éste gran órgano femenino llamado vagina se puede ejercitar con los famosos ejercicios Kegel. Al entrenar estos músculos se aumenta el placer sexual, se intensifican los orgasmos, disminuye el dolor durante el parto y se controla la inconsistencia urinaria. 

¡Qué estás esperando para tonificar!

Un pene contiene 4 mil terminaciones nerviosas, pero en materia de placer sexual la vagina lo supera con 8 mil. Puede expandirse hasta un 200% durante la excitación, aunque su tamaño promedio está entre 7 y 10 centímetros de profundidad. No es verdad que con el tiempo se hace más grande con el sexo

Para las que prefieren las vaginas con vellos, recuerden mantenerlos adecuadamente, ya que ellos sirven para proteger la piel sensible a infecciones y erupciones, pero no se excedan en la extensión. Por otro lado está comprobado que las mujeres que se sienten a gusto y cómodas con la apariencia de sus vaginas, son más seguras en el sexo y tienen mejores orgasmos. Así que ¡Ámate!

Busca productos más naturales para llevar tu periodo, en el mercado hay copas menstruales que son excelentes para eliminar las molestas compresas desechables y suprimir los tampones.

Lleva una buena alimentación, toma bastante agua para mantener los tejidos húmedos e hidratados. Recuerda que los cítricos fortalecen las defensas y las verduras de hoja verde estimulan la circulación. ¡Pruébalos!

Consumir frutos secos tiene cantidades significativas de zinc que ayuda a la regularización de los ciclos, además el mejor aliado para las mujeres propensas a infecciones es el yogurt natural, que preserva los niveles del pH de la vagina.

Sabiendo esto solo me queda decirte: ¡Atrévete a conocerte!

ESCUELA DE AUTOPROTECCIÓN FEMINISTA ROSA ELVIRA CELY

Autor: María Laura Idárraga

Reúne a más de 4.000 mujeres de diferentes países de Latinoamérica para aprender a defenderse física y mentalmente,  y hacer frente a los abusos y agresiones por parte de los hombres.  También fortalecer su autoestima, la confianza, la seguridad, el autocuidado y la protección colectiva. 

  Lo que comenzó siendo un lugar de encuentro para hablar sobre autoprotección feminista entre amigas, hoy – debido a la pandemia por la covid 19 –  es un espacio virtual donde se reúnen más de 4.000 mujeres de diferentes países de Latinoamérica para aprender a defenderse y hacer frente a los abusos y agresiones por parte de los hombres.   

Xiomara Carvajal, una de las mujeres que conforman la Escuela de Autoprotección Feminista Rosa Elvira Cely en Pereira, no sale del asombro cuando habla de la cantidad de mujeres de diferentes lugares del mundo que se inscribieron a través del formulario para participar en las clases virtuales que se empezaron a promover durante el mes de julio del presente año. 

Afiches de los encuentros promovidos desde febrero de este año.  Primero de manera presencial, luego, una vez decretado el aislamiento, migraron a la virtualidad. 

Fueron en total 4.221 mujeres de diferentes ciudades de Colombia, México, Argentina y Chile, quienes encontraron en estas clases un espacio para aprender sobre feminismo y defensa personal. Y no es para menos, ya que según el informe publicado en 2019 por el US News & World Report, de los mejores países del mundo para ser mujer, Colombia está entre los 10 últimos; ocupando el puesto 72 de una lista de 80 países encuestados. Guatemala aparece en el puesto 75 y México en el 60. 

“Estas cifras son reflejo del miedo que tenemos las mujeres latinas, pues en nuestro continente se encuentran algunos de los países más machistas del mundo, por mayor cantidad de feminicidios cometidos”, explica Carvajal.  

Según informe de 2019 del US News & World Report, de los mejores países del mundo para ser mujer, México y Colombia ocupan el puesto 60 y 72 respectivamente de una lista de 80 países encuestados.

De acuerdo con el Observatorio de Feminicidios de Colombia, en lo que va del año se han registrado 292  feminicidios en el país (42 en enero, 46 en febrero, 42 en marzo, 26 en abril, 31 en mayo, 54 en junio, 50 en julio y 1 en agosto), siendo junio el mes más crítico con 54. Entre enero y julio de 2020, 24 de los feminicidios registrados fueron contra menores de 18 años, 13 de los cuales fueron contra menores de 14 años. La línea 155, manejada por la Policía Nacional, brinda asesoría a mujeres víctimas de violencia. Según los cálculos del Observatorio Colombiano de las Mujeres se han registrado 6.733 llamadas entre el 25 de marzo al 14 de mayo del presente año. 154% más que en 2019. Risaralda además ocupa el puesto 11 entre los departamentos con más número de llamadas. 

“Que todas estas mujeres se hayan registrado por medio de un formulario es evidencia de que estamos perdiendo el miedo y que estamos buscando espacios colectivos para defendernos”, dice Angélica Aguilar, otra de las integrantes de la escuela en Pereira.

Antecedentes e inspiración. 

En Bogotá desde hace cinco años existe la Escuela de Kick Boxing Rosa Elvira Cely, que inicialmente se llamó Escuela Popular de Defensa Personal y era de carácter mixto. Su nombre es un homenaje al caso de Rosa Elvira Cely, que debido al impacto causado por su brutal muerte a manos de un compañero de estudio en el Parque Nacional de Bogotá, derivó en la Ley Rosa: «por la cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo, para garantizar la investigación y sanción de las violencias contra las mujeres por motivos de género y discriminación”.

Dicha ley busca prevenir y erradicar violencias y adoptar estrategias de sensibilización en la sociedad colombiana; garantizando el acceso de las mujeres a una vida libre de violencias que favorezca su desarrollo integral y su bienestar, de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación.

Se reunían para sus entrenamientos en el Parque Nacional de Bogotá, entre las seis y las siete de la noche. Debido a que este era un sitio muy oscuro y solitario, comenzaron a reflexionar sobre lo que significaba: entendieron que era necesario fortalecer y formalizar más el espacio. Hoy es una escuela para todo tipo de mujeres; autónoma, auto gestionada y sin costo, para el entrenamiento y la reflexión sobre el feminismo y el autocuidado.  Y además asesoran a sus compañeras en Pereira. 

 “La escuela inició por la necesidad de crear un espacio donde las mujeres entrenaran para aprender a defenderse de las agresiones que sufren tanto en el espacio público como en el privado, pero además porque entendimos que era importante fortalecer nuestro cuerpo como parte de una formación integral como mujeres”, explica Sybil Sanabria Puerto, integrante de la Escuela de Kick Boxing Rosa Elvira Cely. 

Es una escuela de autodefensa feminista que no solo implica aprender herramientas que permitan a las mujeres defenderse de una situación en la cual su vida esté en peligro, sino también fortalecer su autoestima, la confianza, la seguridad, el autocuidado y la protección colectiva de las personas que las rodean y hacen parte de la escuela. 

“Entendemos que la autodefensa no es la solución a las violencias que vivimos, sin embargo es necesaria como una forma de actuar inmediatamente frente a lo que está pasando. También hablamos de violencia y cuál es nuestra perspectiva frente a ella. Es un espacio donde nos estamos pensando y transformando. No se trata de promover la violencia sino el legítimo derecho que tenemos como mujeres para defendernos frente a todo tipo de agresiones”. 

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas. Las mujeres que han sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental presentan tasas más altas de depresión y más posibilidades de tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han experimentado este tipo de violencia.

Algunas apreciaciones de las estudiantes

Para Valentina Allan, participante de las clases que se realizan virtualmente, la escuela es la oportunidad de empoderar a las mujeres desde el fortalecimiento y la resistencia física, pues lastimosamente vivimos en una sociedad que no se preocupa por el cuidado de la mujer de manera íntegra, por lo que es natural que en diferentes espacios se sientan vulnerables y débiles físicamente.

“Se nos ha enseñado por lo regular que la actividad física se realiza para tonificar o moldear nuestros cuerpos de acuerdo a unos estándares de belleza, pero resulta que en estas clases aprendemos que las mujeres somos fuertes para defendernos y enfrentar situaciones complejas, tanto física como mentalmente”. 

Durante una de las jornadas de entrenamiento realizadas antes de la pandemia en la plazoleta de la Gobernación de Risaralda.

En las clases se conocen las zonas en las que es más efectivo dar un golpe al momento de defenderse y cómo debe hacerse, las formas de cubrir el cuerpo, acondicionamiento físico, trabajo de piernas, golpes básicos, cubrimiento, ganchos, entre otras habilidades.  

“Las mujeres hemos estado alejadas de las confrontaciones físicas, o de ese conocimiento del cuerpo para defendernos; todo esto nos ayuda a tener más certeza a la hora de hacerlo”, dice. 

Reconocer la grave situación por la que atraviesan las mujeres en algunos países de Latinoamérica, así como los peligros de la sociedad, fue el primer paso para buscar espacios seguros y alternativos para ellas, reconocer sus capacidades para romper con ciertos estereotipo sociales frente a su cuerpo.

Debido a la gran cantidad de mujeres registradas, la Escuela tomó la decisión de realizar sus clases desde su cuenta de Facebook, a través de videos en vivo que las mujeres pueden reproducir innumerables veces. La primera clase ya cuenta con 3869 reproducciones y ha sido compartida 70 veces. Se espera que en los próximos meses continúen creciendo no solamente en cantidad de mujeres participantes sino también en cuanto al número de profesoras con formación en enfoque de género y técnicas de Kick Boxing y artes marciales. 

“Esto es un proceso de mujeres para mujeres. Pensar la seguridad de nuestro cuerpo desde un enfoque de formación no solamente físico sino también feminista, donde también se hable sobre sexualidad o empoderamiento y se invite a la reflexión y a cambiar el paradigma de sentirnos expuestas o vulnerables”, finaliza Angélica.

MAPA SONORO DE PEREIRA

Autor: Mauricio Cardona Jiménez 
// IG: @maurocj29

Pereira son sus lugares típicos, personajes extranjeros recibidos como si hubieran nacido acá y gestas cívicas que a lo largo de 157 años le han dado una identidad particular. 

Compartimos sonidos, música, frases y silencios para que la conozcan mejor y puedan viajar  a través de ella de otra manera y  con nuevas experiencias.

Escúchalos preferiblemente en silencio; con audífonos y los ojos cerrados.

La Florida

“Aquí no hay forasteros, todos somos pereiranos”. El artista Martin Alonso Abad Abad calzaba 39 y media 1.72. De niño le hacía feliz tener una bicicleta y unos patines. Luego con los años, le gustaron los chécheres. 

Nació en Jericó, Antioquia, pero Pereira lo adoptó desde que era muy pequeño y con el paso del tiempo llegó a La Florida hasta convertirse en su habitante más querido y conocido.  

Foto: Tomada de Revista Diners
Paisaje sonoro La Florida Pereira

El Páramo

Ubicado en la séptima con 15. Lugar de serenateros y noches de bohemia. Solemos caminar las calles, frecuentamos lugares que antes tuvieron otra dinámica y que con el paso del tiempo permanecen, mutan o desaparecen. 

“Tú eres mi sol, mi dicha y mi tesoro, mi sólo encanto y mi ilusión”. 

Fragmentos de la canción ‘El Aguacate’ del compositor César Guerrero Tamayo en la voz de un músico, que además habla del lugar que hoy en día ocupa lo que antes era el Centro Artístico y Cultural El Páramo en Pereira.

Foto: Archivo La Tarde
Paisaje sonoro, El Páramo en Pereira

Planetario UTP

Las estrellas también están en la universidad, en la gente que estudia y trabaja allí, en su comunidad. Esta es la historia de José Darío Rodríguez Tabares, un ingeniero físico que en épocas de estudiante se fascinó con el cosmos y llegó al Planetario de la UTP. Su vida gira entre constelaciones, su familia y sus pasiones, una de ellas, el fútbol.  

Foto: Archivo UTP
Paisaje sonoro, planetario UTP

Aeropuerto Matecaña

La ciudad desde afuera, desde los diferentes puntos cardinales, también desde arriba, desde los cielos. “Los pereiranos volamos tan alto como nuestros sueños”.

La primera aeronave que aterrizó oficialmente en el Aeropuerto Matecaña lo hizo el 24 de julio de 1947. 

Tenía la siguiente descripción: 

Skytrain C-47 B/D

Propósito: Avión de Transporte

Origen: Estados Unidos

Fabricante: Douglas Aircraft Corp.

Tripulación: Cuatro (4) tripulantes y (28) pasajeros o (21) soldados armados y equipados.

Archivo Álvaro Camacho

La Villa Olímpica

La actividad física es tan vital como apasionante. En este paisaje sonoro traemos un lugar emblemático para los pereiranos y levantado a través del convite ciudadano. 

 “Villa Olímpica haremos en Pereira, moviendo tierra, tal como ayer, cuando a Colombia le entregamos Matecaña, sin fuerza extraña que agradece”. Luis Carlos González Mejía.

Paisaje sonoro, Villa Olímpica

El Rincón Clásico

La primera novia que tuvo Olmedo Ospina Aguirre vivía en la carrera sexta con calle 30. La violencia echó de Santuario, Risaralda, a todos los de sangre roja y por eso vino a parar aquí, al Rincón Clásico de Pereira, en el año 1950. 

“Solo una cosa puede romper el silencio: la música, la poesía o el amor”.

Mapa sonoro, el Rincón Clásico, Pereira

Mauricio Cardona Jiménez

Comunicador Social y Periodista, con estudios en música y una Maestría en Artes. 

“Me apasiona contar historias de personas comunes y corrientes. Me mueven las ondas que gravitan a mí alrededor”. 

Escucha más de su trabajosoundcloud.com/mauricio-cardona-j