Texto, fotografías e investigación: Jessica Arcila.
Vanessa tiene 24 años, es estudiante de la licenciatura en Literatura y Lengua Castellana de la Universidad Tecnológica de Pereira. Vive con sus 2 gatos y sus parejas. Le gusta la literatura y el maquillaje, entre otras cosas.
Desde los diez años sufre de obesidad tipo uno, también denominada obesidad de bajo riesgo. A pesar de las pocas probabilidades de sufrir diabetes, hipertensión u otras enfermedades asociadas al sobrepeso, Vanessa no ha escapado de los comentarios ofensivos o de las palabras “compasivas” sobre su cuerpo. Desde muy pequeña, su abuela le decía que debía estar delgada, de lo contrario, no iba a conseguir nada, como dándole a entender que: “el mundo no es para las gordas”, dice Vanessa.
Esas afirmaciones, de alguna forma, marcaron su vida y la relación con su cuerpo. Hablamos con ella, con el propósito de reflexionar alrededor de los cuerpos y cómo estos se ven en redes sociales. En nuestra conversación y en la sesión de fotografías, encontramos una mujer feminista, amante del conocimiento y que sigue las pistas de la literatura decolonial e investiga sobre otras tantas inquietudes de su juventud, como el Body Positive.
A mediados de los 90´s, Connie Sobczak y Elizabeth Scott, feministas y activistas por los derechos de las mujeres, empezaron a gestar lo que hoy se denomina como Body Positive, un movimiento psicosocial y cultural que empezó a tomar mucha más fuerza desde el año 2012 y como respuesta al Body Shaming, término que hace alusión al grupo de burlas e insultos que incentivan la discriminación de las personas que no encajan en los estándares de belleza hegemónicos promovidos en redes sociales. Un movimiento del que se tienen personas seguidoras y detractoras por todo el mundo.
El Body Positive nació como una forma de empoderar a las mujeres que están al margen de los estándares de belleza promovidos en los medios de comunicación como el deber ser de los cuerpos de las mujeres, e impulsados con fuerza en las redes sociales (Instagram en mayor prominencia), esto último lo dice un estudio británico realizado entre estudiantes, mencionado en un especial de la BBC, en el que se evidencia que Instagram tiene la más alta influencia en relación al desarrollo de la imagen y percepción que tenemos de nuestro cuerpo (ver). Por esto, el BP lo han situado como una lucha contra los trastornos físicos y psicológicos consecuencia de estos estándares: trastornos dismórficos, depresión, anorexia y bulimia.
A los hombres, desde su niñez, se les permitía correr desnudos en la casa, en total libertad, pero las mujeres debíamos cubrir nuestro cuerpo; ellos podían, desde niños, comer lo que quisieran y no siempre su peso era motivo de burla, pero a nosotras, el marketing nos ha dicho cuántas calorías debemos comer para poder llegar a perder los “equiz kilitos de más” que es un delito tener. Estos estándares han fortalecido aún más los trastornos de ansiedad y depresión en relación con el cuerpo, que se presentan especialmente en las mujeres. A pesar de que las dinámicas han cambiado, en buena manera, aún en las redes sociales se siguen evidenciando unos estándares de belleza de cuerpos esbeltos, blancos y con pieles lisas y sin estrías. “Las redes sociales me afectan un montón. Ha habido épocas en que me alejé completamente de las redes, de Instagram sobre todo, por la forma en que nos quieren decir que deben ser los cuerpos. Y mi cuerpo, mi piel, no encaja allí”. Me lo dice Vanessa, mientras estamos sentadas en la biblioteca de su alma máter.
Vanessa piensa que, el Body Positive, ha situado avances necesarios, como la aceptación de otras formas de belleza que siempre habían sido negadas; se han ganado espacios en las redes sociales como Instagram, porque ahora ya se muestran los cuerpos que están fuera de lo que debe ser perfecto, así, otro tipo de bellezas tienen cabida al sentirse reconocidas en los cuerpos de otras, cuerpos reales y cotidianos, algo que le hubiese gustado tener de niña.
Aunque su relación con el cuerpo siempre ha estado plagada de matices que no siempre son positivos, Vanessa nos permitió compartir un espacio donde pudimos ejercer un diálogo visual con su niña interior y los recuerdos de su niñez para armar este ensayo fotográfico alrededor del cuerpo, donde las fotografías se sitúan como el inicio de la resolución a muchos traumas e imaginarios que la sociedad y su familia le impusieron, y que al reconocerse, puede sostener un diálogo con otras mujeres que tienen bellezas y cuerpos no hegemónicos.
¿Cómo te sientes tú respecto a tu cuerpo y a lo que las redes sociales te dicen cómo debe ser tu cuerpo?
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📝 Una producción original de Plan C Pereira un proyecto de la Corporación Cultural Ciudad Latente.
📍Proyecto Concertado con: Ministerio de Cultura de Colombia y Secretaría de Cultura de Pereira. 2022