En el reconocimiento de la jardinería montañera como práctica estética y de mucho valor social, les dejamos estos contenidos para su reflexión y la remembranza, porque seguramente muchas de las personas que vean este material se verán identificadas en su historia familiar o por el gusto que tienen del jardín.
Vida sana y naturaleza
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Inicia la temporada de Jardines Montañeros 2022
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Exposición Pharmakon en Corto Circuito de abril
Pharmakon, es una investigación artística sobre etnobotánica. Revisa la historia de la farmacia, la herbolaria y los usos de las plantas medicinales, recreativas y rituales.
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CONOZCA EL SENDERO ECOLÓGICO GUÁSIMO
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EL RIDÍCULO CULTO A LA VIRGINIDAD
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#ExperienciasPlanC Casa Hoja
Miren este bello lugar que queda en un rinconcito de Pinares, se llama Casa Hoja. Toda una experiencia para ir con amistades, familiares y mascotas.
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Cultivo lo nuestro
Jessica Arcila @campografias, estuvo con el colectivo de cuidado y preservación de semillas @cultivolonuestro, quienes se encargan de recuperar el material vegetal nativo y orgánico en huertas urbanas comunitarias en la ciudad de Pereira…
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LA DANZA DEL TACTO
Inicia la temporada de Jardines Montañeros 2022
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Estuvimos recorriendo por tercer año consecutivo algunas veredas que hacen parte del paisaje cultural cafetero en busca de los jardines que estuvieran dentro del imaginario de un jardín femenino, de finca, un espacio donde las mujeres pusieran su amor revestido con materos reciclados de sus ollas de la cocina ya en desuso, decorados con muñecos de porcelana, coloridos por las diferentes flores que cultivan; jardines en los que se ve el amor y la relación íntima que estas mujeres tienen con las plantas.
En esos recorridos encontramos a Luz Dary, una mujer que además del jardín en su casa, tiene un vivero y nos cuenta la historia de amor y compañía que ha tejido con el jardín, en este video:
En cada jardín montañero que encontramos, de esos que nos recuerdan a nuestras abuelas, llamábamos al portón de esa finca para preguntarles quién cultivaba el jardín y si nos daban permiso de entrar y contarles de nuestro proyecto. Una vez en la casa, ubicadas en el corredor junto al jardín, acompañadas de un tinto, jugo o agua panela, las señoras de cada casa que visitamos nos contaban que su jardín era la vida para ellas porque la casa se veía bonita, las relajaba trabajar con las plantas y se les pasaba el tiempo volando; también entre ellas coincidían en comentarios como: el jardín las llevaba a sus tiempos de infancia, con su abuela, su mamá o hasta con su padre, que a veces fungía como ayudante de jardinería.
En estos recorridos todas las señoras gustaron del proyecto, y de todas las mujeres visitadas y que nos atendieron, 11 nos dijeron que sí irían a los talleres y al encuentro al que les invitamos y quedamos en llamarlas para confirmar las fechas y el lugar.
En las fotografías que siguen a continuación resumimos un poco de lo que fueron nuestros dos encuentros con ellas de manera presencial, todas reunidas en un mismo espacio y en el que se compartieron conocimientos y prácticas relacionadas con cuidados de plantas adquiridas en viveros:
y portamateros hechos en macramé:
Las actividades para el inicio de Jardines Montañeros 2022 las culminamos con un encuentro que se hizo seguido al taller de macramé. El encuentro fue un espacio para intercambiar reflexiones y saber sus impresiones de lo que habíamos construido juntas, algunos testimonios los pusimos en este video:
En el reconocimiento de la jardinería montañera como práctica estética y de mucho valor social, les dejamos estos contenidos para su reflexión y la remembranza, porque seguramente muchas de las personas que vean este material se verán identificadas en su historia familiar o por el gusto que tienen del jardín.
Este proyecto es una producción original de Plan C Pereira, proyecto de la Corporación AVC Ciudad Visual, la Fundación Cultura para el Desarrollo y la Corporación Cultural Ciudad Latente. Concertado con el Ministerio de Cultura de Colombia 2022.
Grabación y edición del video Luz Dary: Ana María Llano
Grabación y edición de video del encuentro y fotografías de los talleres: Valentina Pérez
Agradecimientos a Maritza Palma por hacer un taller de terapia y encuentro donde las mujeres jardineras podían expresar sus emociones a la vez que aprendían la técnica de macramé; y a doña Luz Dary Marín por el compartir de conocimientos de sus plantas en vivero y por abrirnos su corazón para contarnos la relación íntima que tiene con el jardín.
Exposición Pharmakon en Corto Circuito de abril
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El día jueves 7 de abril estuvimos desde la sala de exposiciones Carlos Drews Castro, cubriendo en vivo la pre-inaguración de Pharmakon. Esta obra hace parte del Corto Circuito del mes de abril, un proyecto de escenarios para el arte que mes a mes une a cuatro instituciones del centro de Pereira (Alianza Francesa de Pereira, Centro Colombio Americano Pereira-Cartago, corredor del arte de Comfamiliar Risaralda y sala Carlos Drews Castro de la Secretaría de Cultura de Pereira), para brindar espacios culturales a la ciudadanía y visitantes a través de las exhibiciones que se proponen en cada entrega.
Conversamos con Cristina Ochoa, artista invitada a esta sala con su obra “Pharmakon, jardín psicotropical” una investigación artística sobre la historia de la farmacia y el uso medicinal, ritual o recreativo de las plantas.
La exposición, se inauguró el 8 de abril y estará abierta al público hasta el 6 de mayo del 2022.
Mira de qué se trata esta expo en el Live que tuvimos con Cristina, su curadora, en nuestro Facebook live @PlancPereira.
Las fotografías que compartimos son del día de la inauguración.
Cubrimiento y fotografías: Laura Zapata
Plan C un proyecto de Ciudad Latente
CONOZCA EL SENDERO ECOLÓGICO GUÁSIMO
url: https://www.plancpereira.com/conozca-el-sendero-ecologico-guasimo/
Autor: Katerine Ríos Estrada
Cuando volvamos a la vida y el oxígeno entre de lleno nuevamente a nuestros pulmones, uno de los mejores planes al aire libre para realizar es visitar el sendero ecológico Guásimo, vereda El Aguacate, en el municipio de La Virginia. Un bosque seco tropical entre cascadas, árboles frondosos y 86 cantos de aves.
Un domingo de julio a eso de las 7:00 de la mañana nos encontramos alrededor de 20 personas en las afueras de la iglesia San José de Pereira para emprender un viaje hacia la ruta “Arrieros y pájaros” a través de los municipios de La Virginia, Balboa y La Celia, tres pueblos de Risaralda muy poco mencionados en el turismo de la región.
Algo que me gusta hacer cada vez que voy de viaje es observar el paisaje; la cotidianidad de los transeúntes, el afán desmedido de los que van en sus carros, los diferentes cultivos y las actividades que se dan a su alrededor, y por supuesto las aves.
En Cerritos (corregimiento de Pereira), de camino a la primera parada en La Virginia, los bosques ya están muy fragmentados y la vía es una de las más transitadas de la región. Es difícil ver gran variedad de especies, por lo general se observan las que que mejor se han adaptado a los impactos antrópicos: sueldas, tórtolas, mirlas, sirirís y cotorras chejas.
¡imposible no notarlas por su escándalo!
Más adelante, en el valle aluvial del río Cauca, entre la Cordillera Central y la Occidental se encuentra el municipio de La Virginia, reconocido por su calor húmedo, donde hicimos la siguiente parada: el sendero ecológico Guásimo, ubicado en la vereda El Aguacate. Uno de los ecosistemas más importantes y amenazados del país.
Era la segunda vez que oía mencionar este lugar, y solo con lo que había escuchado de él me bastaba para sentirme atraía por su particularidad, el ave endémica que lo habita y su poca popularidad dentro del turismo de la región.
Al llegar a la vereda se tiene la expectativa de encontrarse con monocultivos de aguacate, fruta que está en pleno auge y es aclamada por el mundo. Su producción ha llevado a la deforestación de gran cantidad de áreas de bosque y ha cambiado la vocación agrícola de esta región. Sin embargo, lo que encontramos fueron grandes hectáreas de caña de azúcar queriendo devorarse todo aquello que a su paso encuentran y grandes extensiones de tierra destinadas a la ganadería y al monocultivo de cítricos.
Alrededor uno que otro árbol, en el que descansan y se resguardan del calor los pocos animales que pasan por este desierto de olor dulce vinagroso. También el fuerte aleteo de otro tipo de aves, sobre todo rastrojeras, como el espiguero capuchino, semillero cariamarillo, cucaracheros y la famosa tijereta.
El centro poblado de la vereda está formado por unas cuantas casas ubicadas al lado izquierdo de la carretera. Allí vive don Ober, presidente de la Junta de Acción Comunal y principal doliente del sendero. Nos contó sobre el origen del nombre de la vereda – al percibir nuestro asombro por no ver grandes extensiones de cultivo de aguacates -, “los primeros habitantes fueron indígenas Quimbaya provenientes de Antioquia y le dieron el nombre al lugar porque el punto de referencia era un inmenso árbol de aguacate”.
Artículo de interés: Entre arrieros y pájaros. Mapa que contiene rutas y lugares de Pereira y Risaralda como guía turística. Mapa dossier miradores y morritos
El Distrito de Manejo Integrado (DMI) Guásimo, recibe su nombre en honor al árbol de guásimo (Guazuma ulmifolia) que abunda en la zona, pero su tala lo ha llevado casi al borde de la extinción. Se caracteriza por crecer en zonas secas. Se ve como un arbusto muy ramificado, con ramas largas que se extienden y ligeramente cuelgan, de hojas ovadas con margen aserrado que suelen ser de color verde oscuro o verde amarillento, sus flores son pequeñas inflorescencias de color blanco o crema que al igual que el fruto desprenden un olor dulce, gran atrayente para los polinizadores y pequeños animales que se alimentan de él.
El sendero Guásimo hace parte de las veredas El Aguacate y La Palma y se encuentra dentro de un bosque seco tropical. Por las características topográficas y climáticas de la región resulta único y atípico, pues predominan los bosques húmedos.
La principal preocupación de Ober es que las personas de la comunidad no se preocupan por el cuidado de este ecosistema, lo que dificulta aún más su protección y conservación. “Los habitantes dejaron de ser productores. Antes sembraban gran variedad de especies de alimentos como maíz, café, frijol, entre otros, pero luego las personas se volvieron perezosas para trabajar el campo, o por cuestiones socioeconómicas algunos vendieron y migraron hacia la ciudad o a otros pueblos en busca de mejores oportunidades. Y los que aún residen acá trabajan para el Ingenio Pacífico III o como jornaleros”., explicó al grupo con total convencimiento.
Al preguntarle por las especies que anteriormente abundaban, nos dijo: “principalmente mamíferos medianos y pequeños como los micos, pero se fueron extinguiendo por la caza y la reducción del área de conservación”.
Para entrar al sendero sólo hay que caminar unos tres minutos desde el caserío, hasta encontrar una cerca elaborada en guadua y un letrero que avisa que hemos llegado a nuestro destino. Inmediatamente se empieza a escuchar el canto de diversos pájaros: el batará carcajada, la elenia copetona, azulejos, canarios, entre otros. También se hace notorio el cambio de vegetación: más arbustiva, colores verdes, amarillos, alta humedad, bochorno.
El camino está bien delimitado por un cerco de guadua pintado de verde y blanco; en las zonas más pendientes hay escalones que tras un día lluvioso pueden desafiar con facilidad el equilibrio de cualquier persona.
Al avanzar más adentro cambian los sonidos, colores y olores. Se intensifican. Huele más a barro mezclado con hojas y lluvia, las brisas leves que pasan por momentos traen consigo los olores de la flor de maraca o también conocida como jengibre de la colmena, una planta de la misma familia del jengibre y la cúrcuma; inflorescencia de forma oblonga o de cilindro y de coloraciones amarillo, naranja, rojo y marrón que desprende ese olor picante característico.
Al descenso nos encontramos con una especie de balcón que permite ver desde la altura el claro del bosque, su interior parece otro mundo, hay más luz de la percibida durante todo el recorrido. De repente se empieza a intensificar un sonido eléctrico producido por una de las especies que más captó mi atención, y por la que volví días después: el saltarín cuellidorado. Su nombre se debe a su barba, cuello y garganta color amarillo intenso; corona y dorso negro; pecho y abdomen verde oliva, es del género Manacus. Se caracteriza por emitir sonidos “eléctricos” con las alas cuando el macho está atrayendo a la hembra, además es endémica, lo que indica que se ha registrado sólo en Colombia y esta región es privilegiada por tenerlo.
Al acercarnos más a la quebrada (principal fuente de abastecimiento para la vereda) se escucha el paso del agua con la tranquilidad que emana su sonido y sensación de frescura. También oímos con más intensidad el melancólico canto del tinamú chico o gallinita de monte, también endémica, la cual por sus tonalidades se camufla muy bien en la hojarasca y la tierra. Lastimosamente es muy difícil de ver.
Me senté en una banca a descansar y a esperar que más podía encontrar. Momentos después, junto a una roca en mitad de la quebrada, había un particular pájaro que solo había visto en fotos: el arañero ribereño. De color oliva oscuro en la parte superior y color amarillento en la parte inferior, y que llama la atención por su manera particular de pararse, levantando la cola.
Después de cruzar el primer puente de guadua empezamos a encontrar las cascadas. Las primeras son de pequeña y estrecha caída de agua entre grandes rocas cubiertas por vegetación. Le siguen un par que forman al final una piscina iluminada por la luz que logra filtrarse por el dosel de los árboles y arbustos.
Seguimos avanzando, bordeando la quebrada con el sendero y cruzando varios puentes desde los cuales observamos como el agua ha hecho su propio camino y ha moldeado todo a su paso.
Finalmente, llegamos a las terceras cascadas, un poco más altas que las anteriores. Son dos grandes caídas de agua que brillan de manera chispeante por los rayos directos del sol, allí se forman varias piscinas y playas donde se nota el rastro de lo que parece ser el comedor de algún barranquero, o incluso una taira, que deja tras de sí los restos de lo que parecen ser caracoles.
A medida que iba saliendo del sendero sientí como si regresara de una realidad hermosa y mágica, un pequeño relicto de paraíso que de alguna manera ha sobrevivido a la expansión agrícola.
Es un lugar con mucho potencial para la educación ambiental, el enriquecimiento cultural, o simplemente un espacio diferente para aquellos que disfrutan caminar rodeados de naturaleza y melodías exóticas. Yo por mi parte pienso regresar cada vez que pueda, con la seguridad que cada vez encontraré algo nuevo para contar y fotografiar.
Por favor, ¡vayan!, pero no sean visitantes indeseables. Llévense su huella humana, el bosque no la necesita.
ESTE CONTENIDO HACE PARTE DE LOS RESULTADOS DEL LABORATORIO ITINERANTE DE MEMORIA DOCUMENTAL AV+C5 REALIZADO EN 2019 POR PLANC EN ALIANZA CON LA CORPORACIÓN AVC Y LA FUNDACIÓN CULTURA PARA EL DESARROLLO. TRES RUTAS POR EL PAISAJE CULTURAL CAFETERO QUE REUNIERON A 30 BECARIOS DE LA REGIÓN QUE RECIBIERON TALLERES DE FORMACIÓN EN CAMPO (FOTOGRAFÍA, VIDEO, PODCAST Y NARRATIVA), TÉCNICAS DE MAPEO Y MANEJO DE INFORMACIÓN.
EL RIDÍCULO CULTO A LA VIRGINIDAD
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Autor: Ana Milena Duque // La Indecente
La idea es obsoleta y totalmente alejada de la compleja anatomía femenina. Considerarla como una simple creencia es comenzar a romper los esquemas absurdos que las mujeres tuvimos que cargar por muchos años.
¿Usted se acuerda lo que pensaba sobre la virginidad cuando apenas empezaba la adolescencia? Para muchas fue incluso un dolor de cabeza porque estábamos llenas de expectativas frente a la primera vez, y la verdad es que incluso la poca información que las mujeres recibíamos apuntaba a ser una experiencia dolorosa, incómoda, e incluso traumática; porque algunas sangraban y poco se hablaba de la existencia del orgasmo, un invitado que ni siquiera hacía parte de la ecuación por aquel entonces.
Mi caso fue particular, los orgasmos estuvieron presentes desde la primera vez. Decidí abordar el tema de la virginidad por los cachos, rompiendo ese gran tabú que sigue instaurado en nuestro cerebro y que a pesar de estar en pleno siglo XXI sigue siendo muy frecuente en las consultas sobre salud menstrual: la creencia extendida de que la castidad de una mujer habita en el himen.
Un gran tabú sigue instaurado en nuestro cerebro a pesar de estar en pleno siglo XXI: la castidad de una mujer habita en el himne. Nada más absoleto y fuera de contexto con los tipos de sexualidad y orientación sexual que existen actualmente
Primero, la virginidad no existe, ha sido una creencia instaurada acerca de la delgada capa que cubre parte de la entrada vaginal y se rompe cuando supuestamente una mujer es penetrada por un pene.
Abogar por la virginidad no solamente es obsoleto, sino que además no encaja en los tipos de sexualidad y orientación sexual que existen actualmente. Esa falta de actualización en el concepto es exclusivamente falocentrista y patriarcal (ideología de que el falo, u órgano sexual masculino, es el elemento central en la organización del mundo social) y no todos los seres humanos están de acuerdo con dicho concepto, porque no todas las relaciones que existen en el mundo son heterosexuales.
La corona vaginal, como preferimos llamarla acá, es una membrana flexible y muy diversa de persona a persona. Está ubicada entre 1 y 2 cms de la entrada vaginal y se estira normalmente gracias a la lubricación, naturalmente trae diversos tipos de perforaciones para que cuando llegue la menstruación no haya ningún inconveniente en la evacuación del fluido. Lo que sí es cierto es que su sensación al estirarse es muy personal.
La corona vaginal es muy flexible. Su sensación al estirarse es muy personal. Por eso el sangrado durante la relación sexual, sin importar si es la milésima vez o la primera vez que lo haces, es el resultado de una mala lubricación o de tensión durante la actividad sexual.
Esto nos muestra por ejemplo que el sangrado durante la relación sexual, sin importar si es la milésima vez o la primera vez que lo haces, es el resultado de una mala lubricación o de la presencia de tensión durante la actividad sexual. Lo más bonito es que con autoexploración y con la ayuda de un espejo puedes abrir los labios de la vulva y conocer la corona vaginal y sus diversas formas.
Artículo de interés: El sexo durante la menstruación
El sexo durante la menstruación
En un mundo donde las mujeres deben aprender a llevar la batuta de su sexualidad, la pregunta es: ¿por qué preservar un concepto tan arcaico y desligado de la realidad? Se hace urgente actualizarnos y educarnos. Es momento de empoderarnos y apropiarnos del cuerpo porque necesitamos tener las herramientas para administrar adecuadamente nuestro placer y deseo, libres del ridículo culto a la virginidad.
Descubre más contenido y productos relacionados con la comunidad Ágata en los siguientes links:
@la copita menstrual (Facebook)
@menstrualcup (Instagram)
#ExperienciasPlanC Casa Hoja
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¿Te gusta el café, la comida veggie y los espacios petfriendly? ¡Te tenemos el lugar! Casa Hoja, un nuevo espacio en Pereira donde convergen varias marcas, y además, ofrece experiencias alrededor de la gastronomía, la protección animal y el café.
Cultivo lo nuestro
url: https://www.plancpereira.com/cultivo-lo-nuestro/
¿Sabías que existe más de una variedad de frijol?
¡En nuestra región, por ejemplo, tenemos el frijol sonriente!
Jessica Arcila @campografias, estuvo con el colectivo de cuidado y preservación de semillas @cultivolonuestro, quienes se encargan de recuperar el material vegetal nativo y orgánico en huertas urbanas comunitarias en la ciudad de Pereira. De esa exploración salió este reportaje gráfico en un día de trabajo, en el que los y las voluntarias se dedican a labores de limpieza de terreno y siembra para garantizar que las semillas tradicionales y nativas no se pierdan.
En el recorrido se captaron diferentes tipos de habichuelas, macunas, cargamantos, cachas, frijoles sonrientes, entre otras semillas nativas, que resaltan la importancia de su conservación y la variedad de nuestras tierras.
Si quieres hacer parte de este colectivo puedes seguirlos en redes sociales, los encuentras como @cultivolonuestro, allí encontrarás las actividades que realizan en sus salidas de campo. Un proyecto de resignificación de espacios desaprovechados en los que se le da prioridad a la soberanía alimentaria, a través de siembra ambientalmente viable con material vegetal nativo, orgánico, semillas de plantas longevas y libres de todo paquete tecnológico.
Puedes encontrar en nuestras redes sociales @placpereira más contenido relacionado con esta salida de campo:
Top C de semillas en Instagram
Reportaje gráfico en Instagram
Plan C es un proyecto de la Corporación Ciudad Latente, apoyado por el Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia y el Programa Municipal de Concertación Cultural de la Secretaría de Cultura de Pereira.
LA DANZA DEL TACTO
url: https://www.plancpereira.com/la-danza-del-tacto/
Autor: Erika Gallego Becerra
En un cuarto sin ventanas y con muchos espejos suenan los saltos descalzos que recibe una superficie de madera. Se trata de un reducido grupo de personas que, rodando en el piso o unas sobre otras, improvisa movimientos a su propio ritmo y compás.
Es danza contacto, uno de los programas de formación artística de la Secretaría de Cultura de Pereira que antes de la pandemia se realizaba en el Centro Cultural Lucy Tejada. La única condición es el contacto permanente con alguna parte de otro cuerpo. Algo hoy en día imposible.
Nota aclaratoria de la autora
Quién iba a pensar que mientras ponía punto final a este relato de experiencias vividas con mi cuerpo, entrábamos en una especia de trance que nos alejaría precisamente de las sensaciones que a continuación se evocan. Que mientras en un salón experimentábamos nuevas formas de tocarnos y sentirnos, en otro continente, y sin tener la menor sospecha, se gestaba lo antónimo al tacto, hasta ponerlo en pausa. Cómo podríamos saber que extrañaríamos lo que muchas veces nos incomoda en el día a día de la vida social.
Nos enfrentamos a nuevas formas de estar cerca: una imagen en pantalla, una voz a través del teléfono, una frase musitada ya no con las cuerdas vocales sino con el sonido de un teclado. Lo intentamos a toda costa porque la cercanía, y sobre todo el tacto, hacen parte de nosotros. Quizás, después del oxígeno, es lo primero que sentimos al nacer: unas manos tibias que nos acogen y nos dan la bienvenida.
Cuando pase la pandemia nos lanzaremos con más seguridad y deseo al lenguaje del cuerpo y a sus sublimes posibilidades. Es inevitable.
1
Muchos nos hemos sentido incómodos cuando en el transporte público, lleno a más no poder, todo se toca con todo. Es muy común ver el contacto como algo incorrecto, incluso irrespetuoso, eso lo aprendimos desde pequeños en casa y lo reforzamos afuera, en los lugares comunes y públicos donde está la presión de la sociedad. Sucede lo mismo con las advertencias de mamá, grabadas e incrustadas en la memoria: ´´No corra que se cae´´, ´´no se arrastre por el piso´´, ´´se va a ensuciar´´; la lista es larga.
Y como llevándole la contraria a todo eso nace la danza contacto (también denominada «contact improvisación»), clasificada como un tipo de danza posmoderna que se caracteriza precisamente por propiciar actividades poco usuales en la tradicional como correr, caer, arrastrarse por el piso, y lo más importante: tocar.
Tocar al otro, sentirlo, compartir su sudor mientras ningún movimiento está planeado.
2
En un salón amplio ubicado en el sótano del Centro Cultural Lucy Tejada, Diego González, encargado de guiarnos en este viaje corporal, antes de dar respuestas, pregunta: ´´ ¿qué es el contacto improvisado? ´´, y… divagamos. La mayoría había alimentado la imaginación con algunos videos de Youtube, nada más. Diego nos ofreció luces sobre el asunto contándonos que se creó por allá en los años 70 gracias a Steve Paxton y Nancy Stark, quienes emprendieron la búsqueda por encontrar diferentes formas de relacionarse con el cuerpo humano a través del movimiento, fusionando la acrobacia, las artes marciales y la danza.
´´Es revolucionaria ya que se revela inclusive contra las reglas de la danza contemporánea donde hay tiempos y existe una coreografía. Esto es una danza de exploración libre, heterogénea, donde todos sin importar su habilidad, género o edad pueden participar´´
El primer reto, como si de un entrenamiento para la vida se tratara, fue dejar el miedo. Uno de los primeros ejercicios era correr al final del salón y dejarse caer; luego rodar por el piso, cargar al compañero y hasta hacer masajes. Contactos que consistían en relajar y conocer al otro, dando pequeños golpecitos o apretones en algunas partes del cuerpo, identificando las zonas sensibles al dolor para más tarde en la danza no lastimar.
Después de varias clases el asunto dejó de ser inquietante y raro, y empezó a ponerse divertido. Al finalizar cada sesión formábamos un círculo para socializar cómo nos habíamos sentido, qué habíamos aprendido y qué notábamos en comparación con la primera clase. En este punto todos estábamos de acuerdo con una cosa: ninguno se arrepentía de haber entrado en el asunto, pues la tranquilidad, sintonía y purificación después de cada jornada era maravillosa.
Recuerdo tres momentos particularmente:
Liberación. Con los ojos cerrados y los sentidos despiertos, en el vaivén que produce escuchar los propios latidos del corazón, el cuerpo empieza a adoptar formas sin nombre y sin límite. Sin reglas para moverse adecuadamente ni pasos que seguir más que los propios, el objetivo era dejar salir, a través del movimiento, lo que cada uno quisiera o debiera expresar. Para esto formamos parejas, uno ´´bailaba´´ o se movía indiscriminadamente por todo el salón con los ojos cerrados mientras el otro se encargaba de evitar que el primero chocara con algo.
Conexión. En una suerte de todos con todos, la definición más amplia y acertada de lo que es el contacto improvisado, que inicia suavemente con tocar la punta de los dedos o cualquier otra parte del cuerpo. Girando en torno, o en su propio eje, y dejándose llevar por los sentidos, como en una telaraña que se teje con cada movimiento y funciona en conjunto. No existe un manual de instrucciones, ni un paso a paso. Hay una conexión con uno mismo desde adentro que logra abrirse y relacionarse a través del contacto usando movimientos auténticos como lenguaje corporal, una conversación sin palabras en un baile improvisado y único.
Catarsis. El momento quizás más emotivo, que a su vez logra sellar el ciclo de experiencias y que fue el más íntimo de todos. Si es que después de tanto cuerpo a cuerpo algo puede ser más íntimo. Al concluir otro momento de improvisación con frenesí a flote, Diego nos pide mirarnos a los ojos. Si alguna vez han hecho esto por segundos prolongados notarán una especie de incomodidad o tímidas sonrisas, que no nos sucedió en ese momento preciso. Acto seguido viene un abrazo. En la vida común, en un día cualquiera, abrazar por más de diez segundos se consideraría casi un acoso, pero en danza contacto significó la paz absoluta.
3
´´Yo soy profesora de niños y manejo mucho estrés durante la semana y desde que empecé aquí me he liberado mucho, siento menos estrés´´, mencionó una de mis compañeras. Y así como ella, otros y otras, que llegaban allí después de sus obligaciones del día, compartían esa opinión: ´´Incluso siento que duermo mejor».
Tampoco sobra mencionar que el contacto improvisado también ha sido utilizado en muchos casos como tratamiento terapéutico en personas con discapacidades físicas e incluso mentales. Añade Diego Gonzáles:
´´Está muy ligado al estudio de la somática en la que se toma conciencia de diferentes lugares del cuerpo, y a partir de ahí, su relación con el movimiento. Por eso se hacen ejercicios fundamentados en el sacro, que hace parte de la anatomía que se convierte en un eje y nos liga a la estructura, al movimiento y a la vida´´.
Ya sea desde un punto de vista espiritual, medicinal, como danza, o sencillamente para experimentar y abrirse a nuevas formas, la danza contacto puede ser para todos sin excepción alguna porque supone el conocimiento propio, desde adentro, y abarca un expresionismo artístico fuera de límites y normas.
Ahora con seguridad quienes participamos del ejercicio no nos sentiremos incómodos en el transporte público en plena hora pico, mucho menos temerosos a terminar en el piso por algún tropiezo. Entendemos la importancia y la carga energética que significa el roce piel con piel.
Sin pensarlo mucho nos atreveremos a dar una caricia o un abrazo, aceptando y comprendiendo el contacto como lo que es: parte de la naturaleza, e incluso, algo completamente necesario.
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