Autor: Christian Camilo Galeano Benjumea
La película escribe como una pintura realista los problemas económicos por los que pasa un cubano para llegar a fin de mes. Muestra ese país que muchos por sus creencias no quieren ver, nos pone de frente con su realidad y problemas.
Ficha Técnica:
Título original: La singular historia de Juan sin nada
Año: 2016 // 52 min. Cuba, España.
Dirección: Ricardo Figueredo Oliva
Guion: Ricardo Figueredo Oliva
Elenco: Jorge Fernández Era, Luis Alberto García
Fotografía: Raúl Prado
Montaje: Marcos Louit
Producción: Diana Reyes Barrena/Ricardo Figueredo Oliva
Producción Ejecutiva: Vangui films/ FilmsNomade/ Cooperativa Producciones
Género: Documental
Reconocimientos:
2018 Sneak Preview, Cuban Cultural Center
2017 Official Selection, Latin American Studies Association Film Festival (LASA)
2017 Official Selection, World Cinema Film Festival Amsterdam
Sinopsis
Juan es un obrero que vive únicamente de su salario que es de 250.00 CUP. No tiene ninguna otra entrada extra de dinero y recibe por su cuota de la canasta básica: 7 libras de arroz, 4 libras de azúcar, 1/2 libra de aceite, 5 huevos, 11 onzas de frijoles, un pan diario, una libra de pollo. ¿Le alcanzan estos productos a Juan hasta final del mes? ¿Cuánto tendría que consumir diario?, ¿Qué hace Juan con 250,00 CUP? El documental transita por estas interrogantes a través de este personaje que aun así́ siente optimismo y está atento a cada cambio que se avecina, analiza los precios del agro mercado, filosofa sobre la doble moneda, debate sobre la corrupción.
Cuba es un país que despierta amores y odios en Colombia. No se puede pasar desapercibido cuando en medio de una conversación evocamos al país de los barbudos, de Silvio Rodríguez o Celia Cruz. Idealizamos o repudiamos.
A Belén de Umbría (Risaralda) llegó en medio del sexto Festival de Cine por los Derechos Humanos la película-documental cubana La singular historia de Juan sin nada y junto a ella su director y guionista Ricardo Figueredo Oliva
Caminó por el teatro municipal con la mayor confianza, como si estuviera en su Cuba natal, bebió del café y se tomó fotos con los niños del pueblo. El gran logro de este festival fue invitar a este cubano a charlar con los habitantes de un pueblo cafetero. Así se vio a Ricardo, conversando con las personas, respondiendo y también haciendo preguntas; conversaciones para anular las distancias que hay entre dos países tan distintos como Cuba y Colombia. También para espantar idealizaciones y ahuyentar odios.
El documental describe como una pintura realista los problemas económicos por los que pasa un cubano para llegar a fin de mes. Una libreta que sirve para reclamar un pequeño mercado que no dura más de diez días, una moneda devaluada y un salario que hay que estirar para conseguir los demás productos, un mercado negro, una segunda moneda de cambio, el dólar, el bloqueo… Juan habita un laberinto económico del cual no se sabe si existe la salida.
Al final Ricardo Figueredo, con la confianza que da el arte y la alegría que lleva en las venas -herencia del mestizaje cubano- dio la oportunidad a los asistentes de preguntar y opinar respecto a la vida en Cuba. Sin las pretensiones de un político comunista o un detractor, se dejó llevar por la palabra.
¿Cuba es el paraíso?, ¿Cómo hacer cine en un país, al parecer, con tantas restricciones?, ¿Los cubanos viven esclavizados?, ¿Cómo les va a los defensores de derechos humanos en Cuba? Preguntas y más preguntas se fueron dando en el ambiente y Ricardo, con el cariño de la gente del caribe, fue respondiendo una a una.
El objetivo de la película es mostrar la Cuba que muchos por sus creencias no quieren ver. Se hacen la imagen de un paraíso en la tierra; lo cual no es cierto, los cubanos enfrentan problemas serios en su cotidianidad y los políticos, como en todos los lugares, no hacen mucho por solucionarlos, relata Ricardo.
Esto no les gusta a muchos, en especial a esos comunistas de libros que se han formado una imagen romántica de Cuba. Sí, Cuba tiene grandes triunfos, al igual que grandes problemas y el cine es una forma de retratar esa realidad que muchos no quieren ver. Así se expresa Ricardo, mientras se mueve de un lugar a otro, se inclina y observa a las personas que lo escuchan.
Tampoco voy a desconocer los avances que tenemos, por ejemplo: que una mujer pueda practicarse un aborto en cualquier circunstancia o que un padre pueda ir a la cárcel diez años por no enviar a su hijo a la escuela. Medidas que, unidas a la buena educación y salud, beneficien a todos los cubanos.
Es indispensable conversar alrededor de la complejidad cubana.
Tras la pregunta de los derechos humanos, Ricardo, confiesa que el tema no es bien visto en Cuba (para muchos comunistas se ha utilizado como arma ideológica de la derecha); sin embargo, relata que allá a nadie lo han matado por defenderlos y espera que no imiten lo que sucede en Colombia, donde casi a diario muere un líder social o un defensor de derechos humanos. El auditorio guardó silencio y todos agachamos la mirada.
Así en medio de la charla, se revela que La singular historia de Juan sin nada, es un ejercicio de atreverse a ver de frente la realidad y los problemas de un país. Tanto en la vida privada como pública se evaden las responsabilidades y se oculta el fracaso.
El arte, en este caso el cine, trae a la luz aquellas dificultades que tienen los cubanos.
La singular historia de Juan sin nada, una película censurada:«La singular historia de Juan sin nada» en youtube