El viernes 21 de febrero en el Teatro Comfamiliar se llevó a cabo una edición más de Siente la Música, un espacio musical que tiene lugar el tercer viernes de cada mes y que cuenta con artistas regionales, nacionales e internacionales en una amplia diversidad de formatos y géneros musicales. Un escenario permanente, en condiciones, con honorarios por las prestaciones y puntualidad al inicio de los recitales.
Fotos: Confamiliar Risaralda
Con un fondo de pantalla luminoso con pequeñas circunferencias doradas que caían con lentitud, un piano de cola grande y a sala llena comenzó su recital el pianista pereirano Alejandro Palacio Ríos, formado en la Escuela Musical con Énfasis en Piano de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Durante una hora mantuvo al público expectante con sus piezas musicales, pero también con sus preguntas. Durante la noche interpretó temas célebres como Pavana para una infanta difunta de Maurice Ravel, Azul profundo del autor colombiano Luis Antonio Caballero y dos temas de su autoría Invierno a través de una ventana y Flor en primavera.
“¿Por qué creen que el tema se llama Azul profundo?”, comenta Alejandro Palacio ante un público que parece no estar acostumbrado a recibir este tipo de cuestionamientos, “hay que aprender a ver la música desde las sensaciones y los objetos”, continua Palacio antes de iniciar la ejecución de la pieza de Luis Antonio Caballero. Es difícil aprender a leer la música desde un plano más objetivo y más consiente y no tanto desde la sensación, desde “un suena lindo”, esta invitación a ver la música de una manera más realista es el más grande aporte que dejó el músico.
Quizá en una noche no sea posible definir porque el tema se llamaba Azul profundo, si la infanta difunta es un lamento o un mensaje de esperanza, y mucho menos que ve Alejandro a través de su ventana, lo único cierto es que alfabetizar al público es una de las misiones fundamentales del artista que muchas veces se escabulle en el aplauso fácil y se olvida del sentido fundamental de toda expresión humana y es que esta pueda ser comprendida.
Es por ello que el recital de la noche del viernes más que un Siente la Música, podría nombrarse como un entiende la música.
El programa completa ya su segundo año, desde febrero de 2018. El piano ¾ de media cola que posee el Teatro Comfamiliar, llevaba sin ser tocado, desde hacía quince años cuando fue utilizado por la maestra Teresita Gómez.
“Queríamos nuevamente reactivar el piano, y de ahí nació la idea como de una sala de concierto, Siente la Música, el piano se volvió a organizar, se le hizo mantenimiento, para que estuviera nuevamente a la disposición de la escena musical pereirana.”, comentó Andrés Felipe Yaya, uno de los creadores de este evento.
“Estuvimos en contacto con la Fundación Salvi (entidad que promueve jóvenes talentos musicales a la escena nacional), en principio se inició con solistas, queríamos dar espacio a la música de cámara porque en Pereira se presentan muchas agrupaciones, pero faltaba espacio para los solistas.” El primero en debutar fue el saxofonista Mario Álvarez: “el primer año quisimos darle importancia a la música clásica, al siguiente exploramos en géneros como el jazz, el blues e incluso la electrónica.”
Más allá del aspecto netamente musical, para Andrés Felipe, el mayor objetivo del evento es abrir un escenario permanente a los artistas pereiranos, pero sobretodo dignificar el oficio, esto implica un escenario en condiciones, honorarios por las prestaciones y el inicio de los recitales a una hora exacta.
Durante los próximos meses se esperan recitales de jazz, música electrónica y talleres de formación en producción musical. La agenda de Siente la Música se hace cada vez más variada, lo que permite atrapar a un mayor rango de público, ya sean personas mayores o jóvenes, incluso familias se hacen participes en cada uno de los encuentros.
No existen muchos pianos de calidad disponibles en la ciudad de Pereira, razón por la que es más que positivo que se aproveche en artistas, la mayoría locales, y en el entretenimiento del público asistente, de esa manera algún día el espectador podrá entender la música no solo desde la sensación sino también desde la reflexión de esa impresión.