En Pereira se está gestando un crecimiento cultural y comunitario importante, con ello se han establecido y fortalecido procesos como las casas culturales que hoy te presentamos. Son espacios diversos, incluyentes y artísticos que pretenden dar alternativas de formación, entretenimiento, ocio creativo y circuito de arte en la ciudad.
Te dejamos estas casas para que las conozcas y te animes a visitarlas.
#ArteC
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Directorio de casas culturales en Pereira
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LA DIVISA: PAISAJE CREATIVO
Directorio de casas culturales en Pereira
url: https://www.plancpereira.com/directorio-de-casas-culturales-en-pereira/
En Pereira se está gestando un crecimiento cultural y comunitario importante, con ello se han establecido y fortalecido procesos como las casas culturales que hoy te presentamos. Son espacios diversos, incluyentes y artísticos que pretenden dar alternativas de formación, entretenimiento, ocio creativo y circuito de arte en la ciudad.
Te dejamos estas casas para que las conozcas y te animes a visitarlas.
SALAestrecha / FB – IG @SALAestrecha
Cl. 16 # 12 – 40, San José, Pereira
Casa Útera / FB – IG @uteracasafeminista
Av. del Río # 10 – 117, Pereira
Casa Khuyay / IG @khuyay.co
Cl. 19 # 4 – 63, centro, Pereira
Espacio Vasto / FB – IG @espaciovasto
Cra. 6 # 15 – 25, centro, Pereira
Casa Hoja / IG @casa_hoja
Cl. 12 B # 16 – 18, Pinares, Pereira
Ver para leer / IG @ver_para_leer
Cra. 5 # 22 – 67 centro, Pereira
Museo Intangible del Confinamiento / IG @unmuseointangible
Cra. 7b # 2e – 05, barrio Alfonso López, Pereira (se ubican en las instalaciones de la Casa Cultural Alfonso López).
Investigación: Jessica Arcila
Una producción de Plan C Pereira, proyecto de la Corporación Cultural Ciudad Latente.
Concertado con la Secretaría de Cultura de Pereira, el Ministerio de Cultura de Colombia y el Programa de Concertación Cultural Risaralda Gobernación de Risaralda 2022.
Te invitamos a que dejes tus recomendaciones en los comentario
LA DIVISA: PAISAJE CREATIVO
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HÍBRIDOS INDUSTRIALES: OBJETOS, MÁQUINAS Y ARQUITECTURAS QUE PROYECTAN LA TRADICIÓN AL FUTURO.
Al hablar de híbridos industriales en el Paisaje Cultural Cafetero también nos referimos a nuevas formas de economía creativa en la región. Espacios ideales para construir lazos con la memoria y la identidad, lugares en donde se cuestionan los tiempos de la ciudad, que generan extrañeza por el cruento destino al que llegaron, pero en donde es posible repensar un futuro a partir de un presente silencioso.
Por lo tanto, recorrimos antiguas trilladoras, viejas estaciones de tren, entre otros vestigios, objetos y construcciones para hablar de estos encuentros donde tradición, tecnología e innovación moldean día a día el paisaje que habitamos. VER MÁS
MIRADORES Y MORRITOS : ENTRE ARRIEROS Y PÁJAROS – DE VUELTA A LOS CAMINOS VIEJOS.
Mapa
Descubra en esta ruta, que va desde Pereira hasta el municipio de La Celia, puntos rurales en Risaralda con historias de emprendimiento, reservas naturales que nos garantizan verdes más profundos y aires más limpios, proyectos de asociación y conservación que mantienen vivo lo que por décadas nos ha identificado. La voz y el sentir del campesino en el café que se bebé, el plato que se degusta y el camino montañero que se recorre. En cada uno de ellos se puede encontrar lo más cotidiano, natural y asombroso de un amplio territorio todavía con mucho por explorar y descubrir.
También puede recorrer una ruta urbana en Pereira, de sitios que ofrecen café de origen y que adicional a eso nos cuentan un relato sobre la manera como esta bebida ha fortalecido una historia y ha aportado a lo que somos como nación.
DESPECHO ALL STARS: RADIOGRAFÍAS DE UN JET SET CRIOLLO CONTEMPORÁNEO.
Reportaje
Este género musical tan arraigado en la cultura popular de Antioquia y el Eje Cafetero, ha tenido un especial significado para la gente pereirana. Es sinónimo de mal gusto y ramplonería entre cultos e intelectuales, las feministas lo critican al ser un producto insignia de los mandatos del patriarcado y para la gente que se reconoce como “del pueblo” es la expresión vivida de sus sentimientos más profundos.
¿Podrá entenderse entonces como una expresión cultural viva?.VER MÁS
LA RUTA DEL BILLAR EN PEREIRA.
Reportaje gráfico
Un recorrido en imágenes por 4 billares representativos de la ciudad de Pereira, para descubrir qué hay allí por contar. Lugares donde el tiempo se detuvo hace mucho y todo se concentra en esas bolas de colores y números que rebotan y se golpean entre sí como si de un cuadrilátero se tratara. Hay para todos los gustos: algunos antiguos y conservados; otros remodelados y tecnificados.
SONIDOS DEL MUNDO PARA EL EJE CAFETERO.
Podcast
Desde la electrónica y el jazz, el pereirano Jhon Montoya y el manizaleño Miguel Ángel Lous respectivamente, han construido con el paso de los años y de múltiples viajes por el mundo propuestas musicales donde ambos ritmos foráneos se conjugan a la perfección con las sonoridades y los paisajes de nuestro territorio. En 2019 ambos músicos publicaron nuevos trabajos discográficos donde se hizo más evidente esa relación, “Otún” del primero y “El Secreto” por parte del segundo.
Plan C incluye, en su especial La Divisa, tres podcast dedicados al trabajo de estos dos músicos.VER MÁS
EL RAMEN: UN SABOR ANCESTRAL DE FÁCIL PREPARACIÓN EN CASA.
Crónica
El ramen es un plato con mucho sabor, que se puede preparar en casa y que además trae consigo una carga histórica y cultural bien interesante, en Colombia poco a poco ha tomado popularidad y es posible encontrar este plato en varias ciudades del país. En el mes de enero un pereirano, el diseñador Juan Guillermo Pérez, trajo a la ciudad este plato con un objetivo bien específico: brindar al comensal una experiencia de sabor única.
LOS SORBOS DE LA MEMORIA.
Crónica
En la antigua estación del ferrocarril ubicada en el parque Olaya Herrera funciona desde julio de 2019 el café El Vagón, un espacio paralelo de servicio y aprendizaje dónde las preparaciones de los alumnos ofrecen una nueva experiencia de sabor a los visitantes. Una apuesta turística en lo que antes fue un lugar abandonado y desolado.
LA VIDA CULTURAL EN PEREIRA EN LO QUE QUEDA DE 2020
Crónica
La vida pública hace una pausa durante este 2020. Son varios los eventos representativos de la ciudad que se ven afectados por la emergencia sanitaria que atraviesa el mundo, sin embargo, los diversos gestores culturales se las ingenian para transformar sus iniciativas y proponen a través de los medios digitales una manera distinta de experimentar la cultura.
PlanC te invita a conocer el panorama de 10 eventos tradicionales de la cultura pereirana, lo que les depara en lo que queda de 2020 y cómo se pueden disfrutar en la situación actual. VER MÁS
ESPACIOS DE COWORKING Y REDES COLABORATIVAS EN PEREIRA
Directorio
DE LA ARTESANÍA INDÍGENA AL DISEÑO INDUSTRIAL
Entrevista
Carmen Adriana Pérez es diseñadora industrial, investigadora y docente, y desde hace 10 años comenzó a trabajar en el proyecto de investigación “Caracterización de la cestería en comunidades artesanas e indígenas de Risaralda” desde la Universidad Católica de Pereira con el interés de conocer a profundidad estas elaboraciones tan particulares. Hoy en día estas comunidades han estado en salas de exposición y eventos como Eje Moda donde han dado a conocer y comercializado sus productos. https://www.youtube.com/embed/yI5W0mhc4ss?feature=oembed&start&end&wmode=opaque&loop=0&controls=1&mute=0&rel=0&modestbranding=0
La Divisa: paisaje creativo es un proyecto apoyado por el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura.
Proyecto ganador en el 2019 de la Segunda Fase de la Convocatoria Estímulos en la categoría “Becas para la creación y circulación de contenidos periodísticos sobre la economía naranja”.
Dirección de contenidos: Ángela Molina Castaño y Mauricio Gómez Ossa
Edición: Alejandro Patiño Sánchez
Periodistas: Daniel Monsalve Bobadilla, María Laura Idárraga y Alejandro Patiño Sánchez
Colaboradores: Pedro Pablo Montoya y Tatiana Rivera Pabón
Diseño: Diana Franco Londoño
Montaje web: Juliana Aguirre
Estrategia digital: María Laura Idárraga
TIEMPO Y RENOVACIÓN DEL ARTE DRAMÁTICO
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Por Alan González Salazar
// IG: @revistateatropereira
En un presente que exige a las artes reinventarse o perecer, Tropa Teatro invita a los espectadores a vivir con ellos un momento singular en la historia de los espectáculos de las artes escénicas en Colombia.
A contemplar desde la virtualidad la calidad plástica y escultórica de sus montajes, a deconstruir el Quijote, a recrear el espacio cotidiano y posible de Pinocho, a interactuar con sus personajes.
Uno va al teatro a gozar la presencia de los actores, en medio de la oscuridad y del silencio, del recogimiento colectivo del público, del milagro de ese silencio de masas que pareciese asistir a la muerte de algún dios… y por alguna razón se siente uno solo, con los actores que a su vez hacen girar el dispositivo endemoniado del accionar colectivo, la exactitud del gesto y la voz o las voces que animan todo lo fantasmal que pueda haber en el espíritu…
Voy con frecuencia al teatro y con gusto pasaría a la tras escena a hacer las veces de tramoyista.
¡Qué misterio este de la vida que se le presta al personaje! El actor encarna, ¡hace vivir!, en minucias, el universo inagotable de referencias y gustos que forman eso que llamamos personalidad, palabra cuyo origen se remonta a personae o personaje o actor de tragedia y comedia.
Un actor es entonces un músico, un bailarín, un cantor. En la fábrica del teatro se crean pues los caracteres del mundo.
Gozar de la escena implicará siempre el deseo de volver a apreciar su complejidad que es la complejidad de cualquier sensación o sentimiento. El actor templa y afina los nervios del espectador. Por ello es necesario el teatro, el teatro consuela, alivia las penas.
La comedia del arte surgió en un contexto muy parecido al que estamos viviendo en la actualidad. La peste asoló Europa y las artes se vieron forzadas a reinventarse o a perecer. El teatro se volvió aún más peregrino y divulgó de una mejor manera el conocimiento entre las culturas.
En la fábrica del teatro se crean pues los caracteres del mundo. Es necesario porque consuela y alivia las penas. Ha divulgado de una mejor manera el conocimiento entre las culturas
Ahora una agrupación como Tropa Teatro invita a los espectadores a vivir con ellos un momento singular en la historia de los espectáculos de las artes escénicas en Colombia.
plástica y escultórica de sus montajes, a deconstruir con ellos el Quijote, a recrear el espacio cotidiano y posible de Pinocho, a interactuar con el personaje; se aprovecha entonces la virtualidad y las plataformas de la comunicación y la difusión para revelar el mundo insospechado del arte dramático.
Y todo esto al interior de una agrupación versátil y sagaz que llega a un estadio renovador del teatro, con talleres de formación en música, canto, apreciación de las diferentes técnicas implementadas en sus montajes; la variedad y calidad de las obras que a lo largo de 17 años de creación así lo permiten.
Conozca la programación: Temporada virtual 2020 Tropa Teatro
Tropa Teatro responde a los fatalistas y soñadores de la destrucción con la esperanza: el teatro ha de volver renovado a las salas, ya con una experiencia rica en detalles y sensaciones, puesto que habremos participado con todos ellos en la conmoción del nuevo teatro.
El teatro habrá cambiado y con él el compromiso del espectador, cuyo amor y afinidad con el arte será mayor.
Para acceder a más contenido sobre el teatro pereirano visita Revista Teatro Pereira
Facebook: Revista-Teatro-Pereira-
Instagram: @revistateatropereira
MARTÍN ABAD, LA JUSTA MEDIDA DE LAS COSAS
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Por Alejandro Patiño | Fotografías Jess Ar
Martín no te habla de grandes teorías o movimientos, su cuento es la vida, la mamadera de gallo, el reírse y bromear, el hacer como un acto de resistencia y goce. Su obra solo puede entenderse desde los parámetros de lo conceptual pero no brota en él como una idea sino como un acto de existencia, una experiencia vital, una manera de ser en el mundo.
Me encontraba en el Parque Las Araucarias de Santa Rosa de Cabal, sentado, pensando y tomando apuntes, boceteando dicen por ahí, sobre lo que quería decir en este escrito sobre el artista Martín Abad. Son tantas cosas, infinitas evocaciones, imposible quedarse quieto de espíritu al recordarlo, hablar con él, verlo con el paso de los años avanzando sobre su cuerpo y mente. Todo en él se ha movido, menos esa naturaleza de ser niño, que le sale de un momento a otro, incluso en los múltiples encuentros que hemos tenido: “¿me saco un moco o me tiro un pedo para la foto?”, agarra mi reportera y simula hablar con alguien al otro lado como si fuese un juego de niños, yo lo hacía con zapatos o cualquier otro elemento alargado que simulara en forma a un teléfono. Pero a su edad, e inclusive un poco menos, solo le queda bien a él, le luce cuando lo conocemos, es consecuente con lo que ha vivido, ha querido, ha deseado y ha hecho como artista. Así también lo he encontrado en el recuerdo de muchos, entre sonrisas y lágrimas, siempre recalcando su particularidad, ese “solo Martín” que tantas veces musitamos al estar cerca de él. Lo he rescatado del fondo de algunos de sus amigos, admiradores, seguidores de sus obras y también de sus caprichos de niño pequeño, sus pataletas, su querer hacer las cosas a su antojo y a su lógica, y lo mejor de todo, no podrían salir mejor, siempre tiene la razón.
En ese parque entablé conversación con un señor que sin conocer a Martín me habló del pueblo donde nació el artista en 1939. Me dijo, ante el replicar incisivo de las campanas de la iglesia que teníamos detrás de nosotros, – y sin yo preguntarle nada- “es peor en Jericó, Antioquia, allá suenan las campanas cada 15 minutos, ah!, pueblo católico ese”. Inmediatamente evoqué el documental Carta a una sombra, inspirado en el libro El olvido que seremos del escritor Héctor Abad Faciolince, primo de Martín. Ambos trabajos son testimonios directos de una época de violencia que vivió la familia Abad. En el documental transcurre una escena muy particular, como Martín, donde el abuelo de Héctor es excomulgado por entrar a una iglesia del pueblo a caballo. Ese es Martín, volví a evocar, muchas de sus obras han sido actos similares a ese. Como parte de esa secuencia narrativa en el documental Héctor Abad recuerda cómo eran esos días de niñez junto a su padre en Jericó, quizá los mismos que tuvo que vivir Martín hasta los 8 años cuando su familia decide venirse para Pereira. “Éramos liberales en un pueblo godo, vivíamos a la enemiga, a oscuras, en una aldea goda, medieval y católica”. Lo más sorprendente es la manera tan vital que los Abad han enfrentado la violencia y la muerte, sin resentimientos, sin eternas quejas, con la justa medida de las cosas, con la palabra y la naturaleza de las formas que les presenta la vida. Héctor Abad recuerda al final del documental la gran enseñanza de Héctor Abad Gómez, ya transformado en sombra, sus palabras se caen lentamente como si fuesen los discursos incendiarios y agudos de su padre: “no tengo odios por alguien, tengo odios por la muerte, por la violencia”. Y afirma que la vida debería ser eso que se apaga de forma natural, legítimamente con la vejez. No se cumple el ojo por ojo.
Lo he encontrado en el recuerdo de muchos, entre sonrisas y lágrimas, siempre recalcando su particularidad, ese “solo martín” que tantas veces musitamos al estar cerca de él.
La chatarra y los objetos encontrados han sido característicos en la propuesta artística de Martín Abad. Algunas de sus obras hacen parte del patrimonio del arte público pereirano.
La primera vez que Martín me habló del asesinato de su hermana, y del cual él salió herido también, ocurrido en La Empanadería – famoso sitio donde Martín sonaba acetatos de rock y vendía sirope con empanada –, lo hizo de una forma tan tranquila como solo alguien que ha trasformado el dolor en dignidad, y en obra, puede hacerlo. “Fue delincuencia común” afirmó con certeza, libre de resentimientos y sin señalamientos ni confabulaciones de ningún tipo. Despejó de tajo cualquier sospecha que vinculara el crimen con algo político o ideológico. Ese suceso lo hizo tomar la decisión más vital de su existencia: vivir rodeado de la naturaleza, y entre objetos, en una casa particular en La Florida, ya van 4 desde hace más de 40 años. De la muerte brota la vida pero también de los conatos y coqueteos con esa propia muerte nace el arte, su obra. Cuando estaba a punto de graduarse de arquitectura en la Gran Colombia de Bogotá, sufrió un aneurisma o desmielización cerebral y tuvo que retirarse, recoger sus cosas y volverse para Pereira. Allí comenzó de verdad su camino por el arte, a hacer obra como se vive y a vivir como si estuviese haciendo obra, no hay diferencia, en él es un mismo acontecimiento.
Ser director de Amigos del Arte de Pereira no solo motivó su propio proceso sino que abrió las fronteras del arte y la cultura en la ciudad, “creo que se realizó una buena labor” dice. Y recalca: “sin desmeritar lo que hacían otros, yo me moví mucho allá” Su mirada subió un poco y exclamó: “Qué belleza de luz la que entra acá, hice mucho, mucho allá”, reiteraba más. Ese es Martín, ni modesto ni exagerado, punto exacto, la justa medida de las cosas en lo que hace y dice, ni te da ni te quita, no niega lo que ha hecho, tampoco le pone de más. Ese punto medio lo entendió bien su primo Héctor Abad al evocarlo en uno de sus escritos: “Martín Alonso Abad Abad, mi primo, era un excéntrico en Jericó, un excéntrico en Pereira y un excéntrico en toda la sociedad. Y para nuestra dicha lo sigue siendo. Cuando todo el mundo quiere ser común y corriente, del montón, e inclinarse hacia el centro de la campana de Gauss, Martín Alonso optó por los lados, por la marginalidad. Dulce y hippie al mismo tiempo, lo caracterizan la calidez, el cariño y la soledad. Felizmente raro en su retiro de eremita, deliciosamente costumbrista y extraño en su escritura, original y nuevo en su ejercicio escultórico de ´arte póvera´ colombiana, Martín Alonso es un artista integral. Original, indomable e imposible de asimilar, Martín Alonso en todas las cosas de su vida ha optado por lo más extraordinario y lo más difícil: la libertad”.
Su obra solo puede entenderse desde los parámetros de lo conceptual pero no brota en él como una idea sino como un acto de existencia, una experiencia vital.
Su vida es obra, su casa es obra, sus actos son obra. Cada objeto puesto es un escenario para algo, es parte de un todo, es un hilo narrativo sin ningún tipo de libreto previo. En su casa puede encontrarse, como en ninguna otra, la perfecta unión entre el nacimiento y la muerte, el artíficio y la naturaleza, lo objetual y lo humano. Ni los objetos le ganan a la naturaleza ni la naturaleza a los objetos, todos están ahí en su justa medida, luchando una tensión en un terreno imparcial que el mismo Martín ha preparado. Elementos encontrados en su deambular diario como gran caminante que es, fragmentos de sus obras que a diferencia de otros no guarda con la idea de vender o conservar sino que son puestos allí al paso del tiempo, al temple de su debilidad, a su propia y natural autodestrucción. Ramas de árboles que se transforman en mangos de sombrillas, televisores que hacen de materos, un cuadro “pintado” con moscas, alambres que crecen como flores, es un infinito, un espacio lúdico donde las cosas, la mayoría de ellas chatarra o artículos de segunda mano, están puestas con una lógica tan natural como si fuese de siempre. Uno allí no sabe dónde comienza el objeto y termina la naturaleza, o viceversa. Todo está entremezclado como su vida con el arte, sus cosas con la obra, su ser con la naturaleza. Junto a esa maraña se encuentra también “el arte más importante que se ha hecho en Pereira en la segunda mitad del siglo XX”, en palabras de su amigo y cómplice en el arte Álvaro Hoyos. En la cocina uno puede toparse con un “caído”, muñeco de tela que hizo parte de una de las obras que cada año hacía en la Plaza de Bolívar en los años 80, mirar al techo y encontrarse con la continuación del Árbol Arma, quizá su obra de arte público más conocida. Y otra vez juega la ecuación: de la muerte, de los elementos utilizados en ocasiones para matar (cuchillos, machetes) crea árboles, precisamente de donde brota la vida que respiramos.
Martín Abad publicó dos libros en el género de la narrativa. Ambos, enfocados en lo autobiográfico son complemento para comprender su mundo artístico.
Martín no te habla de grandes teorías o movimientos, su cuento es la vida, la mamadera de gallo, el reírse y bromear, el hacer como un acto de resistencia y goce. Su obra solo puede entenderse desde los parámetros de lo conceptual pero no brota en él como una idea sino como un acto de existencia, una experiencia vital, una manera de ser en el mundo; le fluye, brota, retoña, se conjuga con él, no es pensada, es sentida, no es rayada en papel como un proyecto, es parte de su cuerpo, un dedo señala que ese objeto sin sentido es obra, y el arte nace, el arte no se hace, se encuentra, aparece, ocurre. Cuando conocí los libros de Nicolas Bourriaud que reflexionan sobre el arte conceptual y contemporáneo, me sorprendí de los parámetros que los artistas que allí aparecían referenciados evidenciaban en sus obras, el trabajo con los elementos y los objetos, el fuera de foco con relación a la pintura y la escultura tradicional, una vuelta de tuerca que me llevó a entender lo que ha pasado desde el orinal de Marcel Duchamp, e inclusive mucho más acá. Al conocer y adentrarme más en la obra de Martín, sentí que alguien venía haciendo ese tipo de cosas de la forma más natural posible, sin tanta terminología en su boca ni pretensiones de formalismo en su cabeza, sin ganas de galería o etiqueta de precio en su artesanía pero con sobradas ansias de hacer y renovarse cada vez más. Alguien desde la provincia, residiendo en lo rural, sin energía eléctrica ni acceso a las tecnologías más recientes que alivianan nuestro cuerpo y facilitan el acceso al conocimiento. Martín desde su casa – obra en sí misma – , ya venía proponiendo esos referentes que hasta hoy en día funcionan como punto de partida para los nuevos artistas. Y al preguntárselo responde casi sin saber cómo lo ha hecho, “eso pasa”. Sabe de su legado pero no opaca el de otros, se admira pero agradece, nunca ha emitido un juicio que no salga de un criterio racional a pesar de su vasta espontaneidad, amigo de niños, de alcaldes y representantes de la clase alta así como de cualquiera que aparezca a su paso, de la señora que hace arepas como de aquel que pide limosna en una esquina.
Su obra efímera, destruida al acto en muchas ocasiones, debe ser objeto de estudio, su casa un museo que permita encontrar nuestros más selectos y queridos referentes culturales y universales. Martín es de todos, sin duda. Por eso urge un rescate académico de su legado, de sus “ocurrencias” que juntas son uno de nuestros puntos más altos en la creación artística. La tierra, el óxido, el moho y el tiempo cubren lentamente muchas de esas obras en su casa. Es su decisión, es su voluntad, parte de la obra que ha buscado ser y hacer. Y por eso debe ser consignada y archivada como un acto de memoria para el conocimiento de futuras generaciones.PreviousNext
Agenda ¿Qué hay para hacer?
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#ArteC
Hasta 30 diciembre2:00 pm
UN ESPACIO PARA LAS ARTES
- Qué: Se gesta en Pereira un nuevo espacio para las artes llamado Bauhaus by Ci. Aunqu... Leer más
- Cuándo: Lunes a Domingo, 2:00 pm a 10:00 pm. Desde: 01 de octubre de 2024 hasta: 30 de diciembre de 2024
- Dónde: Cl. 21 #4-47, Pereira (al lado de la Alianza Francesa de Pereira)
- Costo: Entrada libre
- Info: IG @bauhaus_by_ci
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#ArteC
Hasta 25 marzo7:00 pm
SEGUNDA TEMPORADA EXPO MAP
- Qué: El Museo de Arte de Pereira invita a la segunda temporada de exposiciones. Más ... Leer más
- Cuándo: Lunes a Domingo, 7:00 pm . Desde: 20 de septiembre de 2024 hasta: 25 de marzo de 2025
- Dónde: Museo de Arte de Pereira, Av. Las Américas # 19-88, Pereira
- Info: IG @museoartepereira